lunes, 31 de diciembre de 2012

31 de Diciembre de 1588


         Fray Luis no murió víctima del dolor que le produjo el engaño de la ‘monja de Lisboa’. Fray Luis está tranquilo con la seguridad que rezuma de su último sermón. Ya hacía tiempo que iba diciendo y afrontando el paso definitivo, lejos de las pompas y las vanidades del mundo desde la soledad deseada y buscada, como él dirá: ‘la verdadera y perfecta soledad no la hacen los lugares, sino los corazones: sólo está quien está con Dios, y sólo está quien vive dentro de sí; y sólo está quien cortó y despidió de su corazón todas las aficiones del mundo, porque fuera está ya del mundo quien no quiere nada de él, no tiene porqué recibir pena ni gloria de las cosas que no ama, pues donde no hay amor no hay pena, ni cuidado, ni alegría, ni turbaciones’. Fray Luis sabía que el fin de su andadura  terrena estaba cercano. Esperaba con gozo a la hermana muerte. Está preparado para el encuentro definitivo con el Señor. Y así fue. Está finalizando la última etapa de su vida; entrevé la meta. Ha conservado hasta el fin la lucidez de su mente y la fidelidad a su vocación….
         El padre maestro fray Luis de Granada falleció en el convento de Santo Domingo de Lisboa a las nueve de la noche del día 31 de diciembre de 1588. Tenía ochenta y cuatro años cumplidos


ALONSO DEL CAMPO, URBANO, Vida y obra de fray Luis de Granada, ed. San Esteban, Salamanca 2005 p. 228

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