domingo, 16 de diciembre de 2012

Les dijo: Echad las redes

          Conforme a este documento se da otro semejante a él; y es que, cuando el ánima fuese visitada en la oración, o fuera de ella, con alguna particular visitación del Señor, que no la deje pasar en vano, sin que se aproveche de aquella ocasión que se le ofrece; porque es cierto que con este viento navegará el hombre más en una hora que sin él en muchos días.
         Que tanto más fue lo que sant Pedro pescó en aquel lance[1] que le mandó echar el Salvador que en toda la noche pasada. Pues muchas veces acaece lo mismo que en esta celestial pesquería, si sabemos aprovecharnos de las oportunidades que hay en ella. Por lo cual, con mucha razón, nos avisa el Eclesiástico diciendo: No dejes de gozar del buen día que Dios te diere, y ni una pequeña parte de él se te pase sin aprovecharla[2].
         Mucho puede la oportunidad en todas las cosas, y aquí más que en otra alguna; porque esto parece que es descender el ángel a mover el agua de la piscina, y darle virtud para sanar[3] o, por mejor decir, esto es descender a Dios a tirar el arado con el hombre y ayudarle a su labor; la cual ayuda vale más que todas las industrias y diligencias del mundo.
         El marinero, cuando ve que le hace buen tiempo para salir del puerto, luego coge las áncoras y se hace a la vela, sin más aguardar, por no perder aquella buena sazón que el tiempo le ofrece. Y lo mismo deben hacer las personas espirituales, con tanto mayor cuidado cuanto es mayor este negocio, y más necesario este divino soplo para la oración que aquel para la navegación.
         Así se dice que lo hacía el bienaventurado sant Francisco, de quien escribe sant Buenaventura que era tan particular cuidado que en esto tenía que si andando camino lo visitaba nuestro Señor con alguna particular visitación, hacía ir delante los compañeros, y él estábase quedo hasta acabar de rumiar y digerir aquel bocado que le venía del cielo[4]

Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. I, F.U.E. Madrid 1994, p. 270




[1] Cf.  Jn 21, 6: Dixit ergo eis Iesus: Pueri, numquid pulmentarium habetis? Responderunt ei: Non. Dicit eis: Mittite in dexteram navigii rete; et invenietis. Miserunt ergo: et iam non valebant illud trahere prae multitudine piscium.
[2] Si 14, 14
[3] Jn 5, 4
[4] Legenda S. Francisci, en : Opera omnia, t. VIII, Quaracci, 1898, 504

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