lunes, 23 de mayo de 2016

Sermones de tiempo 134: Santísima Trinidad

        Y no sólo Juan, sino los demás libros de las Escrituras también ¿qué otra cosa proclaman y ensalzan a cada paso, sino los beneficios divinos y las obras de la bondad y la caridad divina, las cuales encienden nuestro amor, alimentan nuestra esperanza en Dios, y  muestran qué bienes tenemos puestos en su misericordia?
      Con esta forma de enseñar quiso indicar el Señor que, aunque el don principal de los bienaventurados sea contemplar a Dios siempre en el cielo, el más importante en la tierra para los hombres piadosos es amarlo. En el cielo se mostrará con el rostro descubierto para ser conocido, de modo que lo vean claramente los bienaventurados; mas en la tierra muestra los beneficios de su bondad y misericordia, para que los hombres le amen ardientemente.
        Hablando san Agustín con Dios de uno y otro conocimiento dice así: Te conocí, Señor, no como eres para ti, sino como eres para mí; te conocí, pero no sin ti, porque tú eres la luz que me iluminaste ( PSEUDO AGUSTÍN, Liber soliloquiorum animae ad Deum, XXXI: PL 40, 890). Es como si dijera: Tú eres en ti mismo inefable e incomprensible, pero en mi eres benigno, suave y misericordioso, eres, en fin, mi salud, mi vida y mi felicidad. De ti, Señor, conocí lo que eres para mí, aunque no haya conocido por eso lo que eres en ti. Conocí lo que empuja mi alma a quererte, aunque no por ello conozca la excelencia y gloria de tu naturaleza.
        Por esta razón el nombre con que el Señor quiso ser llamado en las Sagradas Escrituras nos exige la fuerza de este amor. Este es el nombre, dice, con el que le llamarán, nuestro Señor justo, esto es, Señor de santidad, de justicia, y por consiguiente, autor de nuestra salvación y nuestra dicha.

Bad Wilsnack (Fot: Cristina M.)
        Y como el Señor quiere que pongamos más interés en amarlo que en conocerlo, y en esta vida poco lo podemos conocer, pero sí podemos amarlo mucho, y además el amor tiene más mérito que el conocimiento, debemos, hermanos, en consecuencia empeñarnos todos en ello, y poner en ello día y noche todo nuestro afán, y  al que es creador y padre de nuestra vida y autor de nuestra salvación, que nos hizo a imagen suya, que con su providencia guarda siempre a los que creó, que nos redimió con su muerte, y nos destinó a la felicidad eterna, y nos envió al Espíritu Santo, y nos sustenta con el alimento de su cuerpo sacratísimo, en fin, al que se hizo todo por nosotros, debemos amarlo con todo el corazón, con toda nuestra mente y todas nuestras fuerzas, y entregarnos a él en sacrificio, y estar ansiosos por dar la vida por él mil veces, si fuera preciso en el martirio, para que en pago de este amor podamos llegar a la claridad de la visión divina, que es el premio a una fe sincera.

Fray Luis de Granada: Obras Completas, Sermones de la Sma. Trinidad, t. XXXV , F. U. E., Madrid 2002 p. 82-85

Transcripción y traducción de Ricardo Alarcón Buendia

viernes, 20 de mayo de 2016

Delfines en la Bahía de Algeciras


Premio al proyecto de delfín común de la Bahía de Algeciras (30/03/2012 - 17:4)





                                          El delfín común de la Bahía de Algeciras

SEVILLA, 30 (EUROPA PRESS)



El Estudio de abundancia y distribución de delfín común realizado por Conservación, Información y Estudio sobre Cetáceos (Circe) y la Estación Biológica de Doñana, centro del Consejo Superior de Investigación Científicas (CSIC), durante el pasado 2011 ha sido reconocido como la mejor publicación del XXVI Congreso de la ECS (Sociedad Europea de Cetáceos), celebrado estos días en Galway (Irlanda).

Este proyecto, realizado en colaboración con Cepsa, estimó que más de 1.600 delfines comunes residen en las aguas de la Bahía algecireña, según ha recordado Circe en una nota, donde resalta que esta semana, el Estrecho de Gibraltar ha sido protagonista en el congreso anual de la Sociedad Europea de Cetáceos, en el que ha llamado la atención de la comunidad científica el trabajo de los delfines comunes de la Bahía de Algeciras, un proyecto que fue llevado a cabo por Circe y la Estación Biológica de Doñana, y cuya presentación, realizada por el investigador Joan Giménez Verdugo, ha obtenido el reconocimiento de ser la mejor publicación de las 250 presentadas.


Este proyecto, que se realizó el pasado 2011 en colaboración con Cepsa, concluyó que más de 1.600 delfines comunes habitan en algún momento en las aguas de la Bahía de Algeciras, población que se hace más perceptible durante los meses de verano. Para la obtención de estos datos se analizaron más de 16.000 fotografías de identificación individual tomadas entre 2009 y 2010.

El investigador de la EBD-CSIC, Renaud de Stephanis, presente en el congreso, ha señalado que "este premio vuelve a destacar el buen trabajo de investigación y la fructífera relación establecida entre Circe y la Estación Biológica de Doñana, ya que estamos hablando de que es la comunidad científica internacional la que reconoce nuestra labor, lo que nos hace ver que estamos haciendo las cosas bien".

En este congreso también han tenido gran aceptación las ponencias realizadas por los investigadores de Circe, como Ruth Esteban, quien presentó sus trabajos sobre orcas del sur peninsular, o los resultados del proyecto de marcaje satélite en calderones comunes, expuestos por Philippe Verborgh.

También se realizaron talleres de trabajo en los que se ha destacado el estudio y seguimiento de grandes cetáceos en su tránsito por el Estrecho, liderado por la investigadora Pauline Gauffier.

lainformación.com

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        Lo mismo hacen en su manera muchas diferencias de peces en la mar, mudando lugares, especialmente cuando van a desovar, porque para eso son necesarios mares y cielos y aires más benignos. Y para esto se juntan y concurren de diversas partes muchas diferencias de peces, y todos caminan juntos como un grande ejército, y van al mar Euxino, que está a la banda del norte, para pasar allí ellos con sus hijos el verano más templado. Sobre los cual exclama S. Ambrosio, diciendo ¿quién enseñó a los peces estos lugares y estos tiempos, y les dio estos mandamientos y leyes?.

Fray Luis de Granada, Canto a la Naturaleza, Selección de Urbano Alonso del Campo, Universidad de Granada, Granada 1991, p. 110

miércoles, 18 de mayo de 2016

Su admiración por el Cardenal Borromeo

        Reverendísimo e Ilustrísimo Cardenal: Es tanta la dignidad y belleza de la virtud, que, después de Dios, nada hay más digno, más bello y más divino que el alma que, desarraigada de las cosas terrenas y hollándolas, se entrega por entero al obsequio y amor de Dios, de modo que, muerta al mundo, para Él solo viva, para Él milite, a Él obedezca, en Él ponga siempre los ojos, toda se derrita en su amor y esté día y noche suspensa en su contemplación, a Él encamine su vida y sus actos, y nada piense más que agradarle en todo. La hermosura de un alma así, si la viéramos con los ojos del cuerpo, ¿no nos inflamaría en su amor? Porque ¿quién no admira y ama la hermosura y encanto de la virtud, aun en un enemigo? En toda la maravilla del cosmos, ¿hay algo más hermoso más sublime que la virtud y piedad cristianas? En verdad, ninguna.
        Pues por eso yo, Eminencia, subyugado y complacido por solo el olor de vuestras virtudes, a pesar de la lejanía y de no conocerle de vista, ni haber recibido cartas ni mandatos, ni esperar premio alguno,siendo ya muy entrado en años, no he cejado de admirarle y amarle y elevar al Señor cotidianas plegarias, valgan lo que valgan.

Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XXXII, F.U.E. Madrid 2001, p. 12-13

Traducción, edición y notas de Álvaro Huerga


sábado, 14 de mayo de 2016

La Biblioteca de l'Ordre de Predicadors i la Universitat de València

Laudare, benedicere, praedicare 8 segles de història

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Centre Cultural La Nau, Sala Duc de Calàbria
Data: De 19 d'abril de 2016 a 12 de maig de 2016.
Horari:Entrada lliure: dijous, de 10:00 a 14:00 hores i de 16:00 a 20:00 hores

Organitza:
Vicerectorat de Cultura i Igualtat de la Universitat de València
Biblioteca Històrica de la Universitat de València

Amb motiu dels 800 anys de la fundació de l'ordre de Frares Predicadors, la Biblioteca Històrica vol mostrar el ric fons bibliogràfic que custodia, provinent tant del propi Convent dels Predicadors de València com d'altres que van arribar a la Universitat després de la desamortització de Mendizábal el 1837.

La mostra, a més de difondre part del patrimoni bibliogràfic universitari, fa un recorregut a través de la tasca realitzada per l'ordre en el camp de la evangelització i també de l'ensenyament.
  
Des del seu naixement com a ordre el 1216, el seu fundador, sant Domènec, va tenir molt clar el paper fonamental de l'educació dels seus germans, per poder ensenyar cal saber, i així va enviar-ne una part a les universitats de París i Bolonya. A partir d'aquell moment es van anar dispersant pel món fundant convents, tant a Europa com a Amèrica, Àfrica i Àsia.

Dins de la seua tasca com a missioners, van tenir un paper destacat en la defensa dels drets humans dels indígens, i l'exponent màxim d'aquesta doctrina va ser fra Bartolomé de las Casas.

Els dominicans també intervingueren en l'educació de la població indígena, per mitjà de la fundació de centres universitaris, com és el cas de les universitats de Lima i de Manila.

Iacopo, da Varazze, Flos sanctorum / nouament stampat corregit y ben examinat, per lo reuerent mossen Cathalunya, afegides certes vides que fins aci no eren. Detall. Biblioteca Històrica de la Universitat de València,  BH R-1/315

L'ordre dominicana té entre les seues files sants, papes, cardenals, doctors i mestres, no solament en teologia, sinó també en ciència, història, geografia, art, etc.

Van ser designats pel papa com a defensors de la fe (Defenso fidei) i van prendre part activa en la Inquisició.

El 1238 van arribar a València amb Jaume I i fundaren convents i monestirs, alguns dels quals estan actualment desapareguts. Entre els seus fills més cèlebres cal esmentar les figures de sant Vicent Ferrer i san Lluís Bertran, de gran influència en la nostra història.

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lunes, 9 de mayo de 2016

Los dientes

        Los instrumentos con que la boca hace esta primera digestión son los dientes. En cuya fábrica comienza ya a descubrirse el artificio de la divina Providencia, porque los que están en medio, son agudos para cortar el manjar, y los postreros de un lado y de otro son llanos como las piedras de un molino, para moler y demenuzar lo que los otros hubieren cortado. Y aún otra particularidad hay en ellos, que no se debe echar en olvido, y es que así como los molineros pican las piedras para que corten mejor el grano, en lugar de esta picadura formó el Criador nuestras muelas no lisas ni del todo llanas, sino con alguna desigualdad, que sirve de picadura, y ésta tan firme, que moliendo siempre el manjar, permanece y dura cuasi toda la vida, sin tener necesidad de renovarse cada día, como la otra.
        Y porque hay algunos manjares duros y dificultosos de cortar, para esto formó los colmillos, que son más recios, para vencer esta dureza y dificultad. Y porque para esto se requería mayor firmeza, proveyó que tuviese cada uno tres raíces con que se encarnase en las encías, como quiera que los dientes delanteros, que son para menos trabajo, no tengan más que dos, para que por aquí se vea cómo a ninguna cosa, por muy menuda que sea, faltó la divina Providencia.


Guadalupe Gómez Parra, Texto seleccionado por: De los miembros necesarios para la digestión y purificación del manjar; en VARIOS, Fray Luis de Granada, un escritor contemporáneo, Ediciones del Orto, Madrid 2009, p.41-42

Espíritu Paráclito

        Al mismo que llama Espíritu Paráclito lo llama también Espíritu de verdad, pues no sólo afecta a la voluntad del hombre con su consuelo espiritual, sino que ilumina con la luz de su verdad al entendimiento cegado por las tinieblas del pecado. De esta luz de verdad teníamos necesidad en medio de las tinieblas de Egipto tan densas, para que no nos envolviera tanta oscuridad de errores y de juicios desviadísimos.

Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XXXIV, F.U.E. Madrid 2002, p. 142-143

Transcripción y traducción de Ricardo Alarcón Buendía

El Padre os dará otro consolador

        Dice por ello el Salvador: Yo rogaré al Padre, y os dará otro consolador, para que esté con vosotros eternamente; a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce (Jn 14, 16-17). Como no lo conoce, no lo recibe. ¿Cómo es esto? Porque no podemos ensalzar lo que no conocemos, y lo que no ensalzamos no lo deseamos, y lo que no deseamos no lo buscamos con interés, y no se halla lo que no se busca. De modo que para hallar al Espíritu Santo es preciso que antes lo conozcamos. ¿De qué modo? Como le conocieron los discípulos, a quienes dice luego el Señor: pero vosotros le conoceréis, porque morará con vosotros, y estará dentro de vosotros (Jn 14, 17). Le conoceréis bien por su permanencia y su obra divina en vosotros.
        No hay en esta vida un conocimiento más seguro, más útil y eficaz que éste. Igual que nadie conoce mejor la dulzura de la miel o el calor del fuego, que quien sabe de su intensidad por experiencia propia y no por oídas, así nadie entiende mejor la virtud y eficacia del Espíritu Santo, que el que la ha experimentado con frecuencia dentro de sí. Y este conocimiento prepara maravillosamente el camino para recibirlo. Porque no es bastante haber oído, leído o especulado sobre él, si no le conoces por tenerlo dentro.

Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XXXIV, F.U.E. Madrid 2002, p. 268-269

Transcripción y traducción de Ricardo Alarcón Buendía

Hasta la consumación de los siglos

        En esta situación ¿qué consuelo ofreces a tus discípulos? Os he advertido, añade luego, de estas cosas para que, cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os las había anunciado (Jn 16, 4). Si pude anunciaros los males futuros, también podré eliminarlos; igual que os he advertido de los males, os libraré de ellos. Y estad ciertos que yo estaré siempre con vosotros hasta la consumación de los siglos (Mt 28, 20). Siendo yo vuestro protector y el que fortalece vuestro pecho con armas espirituales, ¿qué fuerza humana, qué calamidad o persecución podrá urgir o angustiar?

Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XXXIV, F.U.E. Madrid 2002, p. 148-149

Transcripción y traducción de Ricardo Alarcón Buendía

Dones y gracias del Espíritu Santo

        Con estos siete dones y gracias del Espíritu Santo mueve y facilita en nosotros las virtudes de la fe, de la esperanza y de la caridad; asimismo la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza, y las anima, despierta, esfuerza e inflama para que siempre vivan y estén prestas y fuertes y diligentes en sus propios ejercicios. Porque la fe y la esperanza y la caridad son levantadas por el espíritu de sabiduría y de entendimiento; la prudencia, por el espíritu de ciencia; la justicia, por el espíritu de piedad; la fortaleza, por el espíritu de fortaleza; la templanza, por el espíritu de temor del Señor.
        Estos siete dones del Espíritu Santo destruyen y matan en nuestras almas otros siete espíritus y movimientos que el espíritu maligno príncipe de los demonios levanta en los hijos de soberbia y rebeldía, que viven según los deseos de su carne cumpliendo los deseos y pensamientos del pecado. 

 Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XX,  F.U.E. Madrid 1998 p. 146-147

Transcripción del texto portugués de José Luis de Almeida Monteiro; Traducción del portugués de Justo Cuervo

sábado, 7 de mayo de 2016

Nossa Senhora de Fátima

 Apariciones en 1916
Tres niños pastores analfabetos, Lucía dos Santos, de diez años, y sus primos, Jacinta y Francisco Marto, de seis y nueve años respectivamente, señalaron que, mientras pastoreaban sus ovejas en la primavera y el verano de 1916, experimentaron una presencia angélica en tres ocasiones distintas, en la cueva Loca do Cabeço. Este «Ángel de paz», tal como ellos lo llamaron, les enseñaría a rezar oraciones específicas para pedir la conversión de los pecadores, les introduciría en la práctica del sacrificio cotidiano y del culto de adoración a Dios en la eucaristía. En su narración, los niños manifestaron considerar todo esto como una preparación para las visitas de la Virgen María que, en sus propias palabras, tuvieron lugar entre el 13 de mayo y el 13 de octubre de 1917.

En 1917

De mayo a septiembre
Lucía dos Santos (izquierda de la fotografía), y sus primos, Francisco Marto (centro) y Jacinta Marto(derecha)
El domingo 13 de mayo de 1917, los tres niños fueron a pastorear sus ovejas como de costumbre, a un lugar conocido como Cova da Iria, cerca de su pueblo natal de Fátima en Portugal. Lucía describió haber visto, en una encina, a una mujer «más brillante que el sol», vestida de blanco, con un manto con bordes dorados y con un rosario en las manos, que les pidió que retornaran el mismo día y a la misma hora durante cinco meses consecutivos, encomendándoles el rezo del rosario. Francisco declaró no escuchar ni hablar con la Señora, sino solo verla. Asombrados, corrieron de regreso a su pueblo y lo dijeron a todos, pero muchos de sus habitantes —incluyendo los padres de Lucía— no les dieron crédito. En cambio, los padres de Jacinta y Francisco les creyeron y resguardaron en todo momento.
Los niños informaron más apariciones que tuvieron lugar el día trece de los meses de junio y julio. Desde la segunda aparición en junio, declararon que se les habría anunciado las prontas muertes de Jacinta y Francisco, las que de hecho sucedieron en menos de tres años. En razón de la epidemia de gripe conocida como «gripe española» que asoló Europa, Jacinta y Francisco cayeron enfermos en diciembre de 1918. Francisco nunca se recuperó y murió el 4 de abril de 1919. Aunque Jacinta mejoró su estado de salud, sufrió luego una pleuritis purulenta y fue internada en el hospital de Villa Nova de Ourém en el verano de 1919. Trasladada a Lisboa, murió el 20 de febrero de 1920.
En los mensajes que los niños transmitían, la Virgen exhortaba al arrepentimiento, a la conversión y a la práctica de la oración y la penitencia como camino de reparación por los pecados de la Humanidad. Paulatinamente, los niños experimentaron una transformación profunda, basada en la práctica de la oración y de ejercicios de piedad. Como forma de disciplinarse, los niños comenzaron a llevar cordones apretados alrededor de la cintura y a realizar distintas obras de penitencia o mortificación.
Algunos de los mensajes transmitidos por los niños presagiaban guerras y calamidades en el mundo. Según el relato de Lucía, el 13 de julio de 1917 en la Cueva de Iria-Fátima les fue confiado a los niños el llamado «secreto de Fátima», dado a conocer en su totalidad por la Santa Sede durante el pontificado de Juan Pablo II. Después del relato de la tercera aparición que incluyó la revelación del «secreto de Fátima», los niños fueron secuestrados por mandato del alcalde de Vila Nova de Ourém y sometidos a castigos físicos con el objetivo de que revelaran el contenido de ese mensaje.

En posteriores retornos los niños fueron seguidos por miles de personas que se concentraban en el lugar. Entre las recomendaciones, según los testimonios de los niños, la Virgen hizo hincapié en la importancia del rezo del Rosario para la conversión de los pecadores y del mundo entero. La Virgen también habría pedido la construcción de una capilla en el lugar, capilla que fue el germen del actual santuario.
13 de octubre de 1917
Según los escritos de Lucía, la última aparición de la Virgen a los tres pastorcitos tuvo lugar el 13 de octubre de 1917, día en que se produjo el llamado «milagro del sol», presenciado por 70 000 personas, entre ellos periodistas y personalidades consideradas "librepensadores" de la época, que quedaron estupefactos ante el hecho. El periodista Avelino de Almeida, del diario liberal y anticlerical O seculo, repitió reiteradamente en su relato: "yo lo he visto... yo lo he visto".



Fuente: Wikipedia
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        Esta he pois a festa que hoje celebramos pera muytos effectos. O primeyro, pera dar graças ao Señor polo nascimento desta Virgen, que foy principio de nossa redempçam. O segundo, pera nos maravilharmos da sabedoria y omnipotencia de Deos, que pode poor hum tan grande thesouro em vaso tam fraco y criar tam grande perfaycam em tam baixo subjecto como he o coracam da molher. O terceiro pera accender nossos coraçoes em amor y devaçam de huma Virgem tam acabada, tam graciosa y tam fermosa, pera que conhecendo-a, a amemos y amando-a, a imitemos y imitando-a, a invoquemos y invocando-a, merecamos alcancar seu favor neste mundo.

Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XXI,  F.U.E. Madrid 1999 p. 450-451 (Sermam na festa da Concepçam da sacratissima Virgem, Nossa Senhora)

Transcripción del texto portugués de José Luis de Almeida Monteiro; Traducción del portugués de Justo Cuervo

jueves, 5 de mayo de 2016

Fray Luis de León, oda XVIII 'En la Ascensión'

¿Y dejas, Pastor santo, 
tu grey en este valle hondo, escuro, 
con soledad y llanto; 
tú, rompiendo el puro 
aire, ¿te vas al inmortal seguro? 

Los antes bienhadados, 
y los agora tristes y afligidos, 
a tus pechos criados, 
de ti desposeídos, 
¿a dó convertirán ya sus sentidos? 

¿Qué mirarán los ojos 
que vieron de tu rostro la hermosura, 
que no les sea enojos? 
Quien oyó tu dulzura, 
¿qué no tendrá por sordo y desventura? 

Aqueste mar turbado, 
¿quién le pondrá ya freno? ¿Quién concierto 
al viento fiero, airado? 
Estando tú encubierto, 
¿qué norte guiará la nave al puerto? 

¡Ay!, nube, envidiosa 
aun deste breve gozo, ¿qué te aquejas? 
¿Dó vuelas presurosa? 
¡Cuán rica tú te alejas! 
¡Cuán pobres y cuán ciegos, ay, nos dejas!

                                                                                     Fray Luis de León: www.LOS-POETAS.COM

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        Desde aquel monte sagrado de los olivos, ennoblecido con tantos misterios de Cristo, se elevó a la vista de los discípulos, y una nube lo ocultó a sus ojos. Y alzando las manos los bendecía mientras se iba al cielo; tal vez, dice san Bernardo (S. BERNARDO, In Ascensione Domini, sermo II, 3: PL 183, 302), movidas sus entrañas de singular misericordia al dejar a sus pobres discípulos, a su pequeña escuela, en medio de una nación perversa y depravada. Desde este monte sagrado, pues, ante la mirada y el estupor de sus discípulos se elevó al cielo el Salvador.

Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XXXIV, F.U.E. Madrid 2002, p. 49

Transcripción y traducción de Ricardo Alarcón Buendía

lunes, 2 de mayo de 2016

Pedro, ¿me amas más que éstos?

        Partiendo de este texto, es oportuno iniciar el discurso advirtiendo que la pregunta incluye el nombre del padre de Pedro, para que no se confunda con otro Simón, como ocurrió en el texto de san Pablo alusivo a su enfrentamiento con Cefas (Cf. Ga 1, 18: 2, 14): unos lo entienden por un Cefas, otros por otro. Le pregunta, pues:
           Simón de Juan, ¿me amas más que éstos? Y Pedro responde: Señor, tú sabes que te amo,
        Tampoco debemos pasar por alto que el Señor pregunta comparativamente -más que éstos-, y Simón da una respuesta llana: Señor, tú sabes que te amo; y a esa respuesta simple se agarró las otras dos veces que le interrogó, quizás acordándose lo mal que le fue cuando había dicho: aunque todos te abandonen, yo nunca te abandonaré (Mt 26, 33). Alardeó de lealtad, menospreciando a los demás y no midiendo su propia flaqueza: a la postre, cayó más feamente que los otros, pagando así su arrogancia.
        Mas como a los predestinados todas las cosas revierten en bien (Rm 8, 28), incluso las caídas, como dice san Agustín (Cf. S. AGUSTÍN, Enchiridion, 11: PL 40, 236), escarmentado, no osa compararse con nadie, aunque la pregunta le da pie para ello; y es obvio que el Señor no le hubiese interrogado comparativamente si el amor no le hiciese más digno que los demás. El recuerdo de la caída le hizo ser no sólo más cauto, sino también más humilde: calló, sin embargo, en esta ocasión lo que con toda verdad pudo decir, limitándose a responder: tú sabes que te amo. Porque muchas veces aun aquello que se dice sin mentira no está exento de tufillo de vanidad.

Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XV,  F.U.E. Madrid 1997p. 207

domingo, 1 de mayo de 2016

Pedid y recibiréis

        Acordaos, Señor, que Vos mismo nos mandaste instantísimamente que os pidiésemos, diciendo: Pedid, y recibiréis; buscad, y hallaréis; llamad, y abriros han (Mt 7,7; Mc 11, 24; Lc 11, 9). Vos mismo también dijisteis por vuestro profeta: Dios justo y salvador no hay sino yo (Dt 32, 4). Convertíos a mí todos los fines de la tierra, y seréis salvos. Pues si vos mismo, Señor, nos llamáis, y nos convidáis, y nos abrís los brazos para que nos lleguemos a Vos, ¿por qué no confiaremos que nos recibiréis en ellos? No sois Vos, Señor, como los hombres, que se empobrecen cuando dan, y por eso se importunan cuando les piden. No sois Vos así, porque como no os empobrecéis en lo uno, no os importunáis en lo otro. Y por eso pediros no es importunaros sino obedeceros, pues Vos mandáis que pidamos, y también honraros y glorificaros, porque con esto protestamos que Vos sois Dios y universal señor y dador de todo, a quien todo se ha de pedir, pues de Vos depende todo.

Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XV,  F.U.E. Madrid 1997 p. 108