viernes, 22 de agosto de 2025

América

Fray Alfonso Esponera Cerdán, O.P.

Granada (dominicos.org) Extracto del artículo sobre la evangelización 

Luis de Granada (1504-1588) dominico vinculado con América.


Lo primero que debe indicarse es su vocación misionera. En 1534 aparece inscrito en el registro de la Casa de Contratación (Sevilla), integrando la lista de misioneros que saldrían para Nueva España (México). Pero su Provincial no le permitió viajar para encomendarle la restauración de la vida dominicana en el Convento de Scala Coeli, en la sierra cordobesa.


En 1550, al doblar el meridiano o el cabo de la madurez, tuvo que ir a Lisboa (Portugal), donde fijó su residencia. Misionero en tierra, su espíritu estuvo abierto de par en par. Lisboa era otra de las ventanas que en la Península Ibérica se abría al Atlántico, y barra de la que zarpaban las naves que iban a las Indias, y en la que amarraban, cargadas de espe­cias, de fábulas y de noticias.


¡Cómo vive y cómo vibra el fray Luis misionero! ¡Con qué responsable gozo lee, como Provincial o simplemente como amigo y admirador, las cartas de los misioneros! ¡Con qué curiosidad se llega a las naos surtas en el estuario del Tajo, y dialoga con los marineros, que le cuentan maravillas de aquel lejano mundo! Fray Luis no se harta de oír, ni ellos quizás de contar noticias, unas curiosas, otras edificantes. ¡Con qué atención, él que andaba ya mal de la vista, aguza la mirada para verlos!


Y a estos hermanos suyos misioneros ayudó con su doctrina. La Introducción del símbolo de la fe (1583) y su Breve tratado en que se declara de la manera que se podrá proponer la doctrina de nuestra santa fe y religión cristiana a los nuevos fieles (1584), los redactó a petición de ellos y para responder a las inquietudes que le planteaban los desafíos que brotaban de su tarea evangelizadora.


Pero también se hizo presente en América a través del resto de sus escritos. La gran mayoría fueron copiosamente exportados a las Indias en sus múltiples ediciones, teniendo una poderosa influencia. Valga de ejemplo el caso de la dominica seglar Santa Rosa de Lima (1586-1617), cuya faceta mística es de un nivel similar a la de Catalina de Siena, Teresa de Jesús, etc.; entre sus directores espirituales estuvieron los mejores teólogos y maestros de espíritu de su ciudad natal. Pues bien, ella además de conocer las obras de Enrique Suso y por lo tanto de la importante escuela de espiritualidad cuyo fundador fue el también dominico Maestro Eckhart, leyó y recomendó muy vivamente las obras de fray Luis.


Igualmente, no deja de ser curiosa su influencia en la Nueva crónica i buen gobierno, obra escrita en 1615 por Felipe Guamán Poma de Ayala. En esta carta-libro dirigida a Felipe III, su autor se muestra interesado en todo lo que atañe a la clerecía, piadoso, admirador de las instituciones eclesiásticas, muy preocupado por la ortodoxia y "extirpador" de cuanta idolatría había en los Andes peruanos.

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