Con estos siete dones y gracias del Espíritu Santo mueve y facilita en nosotros las virtudes de la fe, de la esperanza y de la caridad; asimismo la prudencia, la justicia, la fortaleza, la templanza, y las anima, despierta, esfuerza e inflama para que siempre vivan y estén prestas y fuertes y diligentes en sus propios ejercicios. Porque la fe y la esperanza y la caridad son levantadas por el espíritu de sabiduría y de entendimiento; la prudencia, por el espíritu de ciencia; la justicia, por el espíritu de piedad; la fortaleza, por el espíritu de fortaleza; la templanza, por el espíritu de temor del Señor.
Estos siete dones del Espíritu Santo destruyen y matan en nuestras almas otros siete espíritus y movimientos que el espíritu maligno príncipe de los demonios levanta en los hijos de soberbia y rebeldía, que viven según los deseos de su carne cumpliendo los deseos y pensamientos del pecado.
Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XX, F.U.E. Madrid 1998 p. 146-147
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