Y parece que
el profeta Zacarías previó en espíritu esta misma gloria de los apóstoles, a
los que él dice con otra semejanza que son dos olivos, que suministran continuamente
aceite a la lámpara de la Iglesia, para que muestren la luz a los que yacen en las tinieblas y en la sombra de la muerte (Sal 106, 10).
Así dice, en efecto: Y volvió el ángel
que hablaba conmigo, y me despertó, como a un hombre a quien se le despierta de
su sueño. Y díjome: ¿Qué es lo que ves? Yo veo, respondí, aparecer un candelero
todo de oro, que tiene encima una lámpara, y siete lamparillas, y dos olivas encima
de él, una a la derecha de la lámpara, otra a su izquierda (Za 4, 1-3).
Fray Luis de
Granada, Obras Completas t. XLI,
F.U.E. Madrid 2004 p. 268-271
Traducción Donato González-Reviriego
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