Rodeado de
sus hermanos, en la celda humilde de Santo Domingo de Lisboa, en plática
fervorosa a los novicios, con la pluma en la mano, como siempre había vivido,
se apaga con el año de 1588 una de las más claras lumbreras de toda la historia
de España: Fray Luis de Granada.
Fray Luis de Granada, Obra
Selecta, una Suma de la vida Cristiana; Introducción por Desiderio Díez de
Triana, ed. B.A.C. Madrid 1947, p. LIII
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