La moda española en el vestir, algunas costumbres, el vino en las mesas de Polonia y, además de esto, la presencia de algunas palabras españolas en nuestra lengua fueron sólo síntomas superficiales y no
condujeron a un interés claro por la literatura española. A pesar de que los
embajadores, eclesiásticos y viajeros traían en su equipaje obras
españolas, todas ellas permanecieron en el anonimato de las estanterías de las
bibliotecas durante largo tiempo. Las primeras traducciones de obras
españolas, salvo algunos casos excepcionales, aparecen en la segunda mitad del
siglo XVI. Son los textos devotos y los de los grandes místicos españoles. Guía de pecadores de Fray
Luis de Granada, fue traducida por Stanislaw Warszewicki (1570), quien contribuyó a la llegada de la Compañía de Jesús
a Polonia. En la introducción de su versión dice que en Polonia no hay
textos devotos para que los creyentes puedan profundizar su fe a través
de la lectura y no apartarse de la ortodoxia en los tiempos del
proselitismo de otras sectas. Las obras de Gracián, demasiado profanas, no eran
convenientes para la política contrarreformista en Polonia. Hay que tener en
cuenta que las autoridades de la Compañía miraban con recelo la obra del
Padre Baltasar. Dado que su publicación coincidió con los ataques contra la
Compañía es de entender que a los jesuitas de Polonia no les interesase
la traducción de sus obras.
Es significativo que la mencionada traducción de Fray Luis de
Granada se hiciera de la versión italiana, probablemente la de
Pietro Lauro Mondonese, con la que tiene muchas similitudes. Las tempranas
traducciones del español al polaco se hacían del latín o del italiano,
mucho más conocidos en Polonia. Sólo en el siglo XVIII empiezan a
hacerse del francés y en el siglo XIX el alemán empieza a servir de base para
las traducciones al polaco. Las traducciones directas del español se
hacen sólo en el siglo XX. A pesar de la existencia de muchos libros españoles
en las bibliotecas de Polonia, en el siglo XVII se hacen pocas
traducciones. Cuando Gracián empieza a publicar sus obras en España, en Polonia la
situación no es propicia para llevar una labor de este tipo ya que el
país está en guerra casi permanente: Moscovia, Suecia, y la progresiva
rebelión de los cosacos.
TERESA EMINOWICZ, La Obra de Baltasar Gracián en Polonia, Universidad Jaguellónica de Cracovia (Polonia), Rlit, LXIV, 127 (2002), 209-218, (c) Consejo Superior de Investigaciones
TERESA EMINOWICZ, La Obra de Baltasar Gracián en Polonia, Universidad Jaguellónica de Cracovia (Polonia), Rlit, LXIV, 127 (2002), 209-218, (c) Consejo Superior de Investigaciones
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