Santa Catalina de Siena (Salcillo) |
Por tanto, los dos primeros sermones explicarán las virtudes eximias de nuestra virgen, y los dos siguientes expondrán los singulares y verdaderamente admirables dones de Dios. En ellos hemos copiado casi al pie de la letra y en estilo sencillo muchas cosas de la historia de su vida como se contenían en ella, dejando a juicio del lector estudioso, qué es lo que en ellos debe subrayar y ponderar principalmente. Sin embargo, me parece a mí que en tres cosas debe observarse, en primer lugar, la inmensa bondad y caridad de Dios, que muestra con aquellas almas que se entregan todas plenísimamente a su amor y obediencia. Porque la consideración de esto nos excitará mucho al amor de una tan grande bondad y caridad. Yo de mí puedo confesar ciertamente que habiendo leído en todas partes muchas cosas sobre la amplitud de la bondad y caridad divinas; con todo, nada he leído, después del misterio de la Encarnación del Señor, que me haya mostrado una señal mayor de la bondad y caridad divinas que las acciones de esta virgen y los privilegios singulares que le concedió el Señor. Quizá habrá otras cosas que muevan más a otros y que sean más poderosas para conseguir esto, mas, por lo que a mí toca, no puedo negar que según mi alcance y condición, así me ha sucedido.
Fray
Luis de Granada, Obras Completas, t.
XLI, F.U.E., Madrid 2004, p. 18-19
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