En 1818 nace en San Diego de los Altos, Estado Miranda, el
escritor y periodista Cecilio Acosta, exponente del humanismo venezolano
durante la segunda mitad del siglo XIX.
Junto a Andrés Bello y Rafael María Baralt, constituye la
máxima expresión de nuestra lengua. Se inició en la carrera religiosa pero
además estudió Filosofía y Derecho en Universidad Central de Venezuela.
Escribió en los periódicos La Época, El Liberal y El Centinela de la Patria, difundiendo sus reflexiones sobre la
división política del país entre liberales y conservadores.
Impartió clases de economía política y de
legislación universal, civil y criminal en la Universidad Central de Venezuela,
y se desempeñó como Secretario de la Facultad de Humanidades de la Universidad
central. Entre sus obras, destacan Cosas sabidas y cosas por saberse. Sus obras completas fueron editadas en
1908-1909, con prólogo de José Martí.
Acerca del conocimiento que tenía de teólogos, pensadores y poetas de la Iglesia tenemos el siguiente testimonio:
En medio de todo aquello transcurre la infancia de Cecilio
Acosta, en una vivienda humilde de la capital mirandina denominada por él “La
casita blanca”, donde actualmente funciona el Museo Cecilio Acosta en el que se
pueden apreciar objetos y documentos del conocido maestro y escritor. Antes de
entrar en la adolescencia fallece su padre Ignacio Acosta en 1928, y su madre,
Doña Juana Margarita Reverte Martínez pasa a ser el centro del hogar. Sin
embargo, le es muy difícil educar sola a todos sus hijos por lo que, cuando el
pequeño Cecilio cumple los trece años le es encargada su educación al
Presbítero de la zona, Mariano Fernández Fortique (1790-1866), notable orador y
hombre de letras quien llegaría a ser Obispo de Guayana en 1842. Con él
comienza a conocer el mundo. Adquiere conocimientos de teología, religión,
historia sagrada y latín. Lee a reconocidos teólogos, pensadores y poetas de la
Iglesia como Santo Tomás, Fray Luis de León, Santa Teresa de Jesús y Fray Luis
de Granada. La relación entre Fortique y la familia Acosta-Reverte se hace más
estrecha y es por sugerencia de aquel que la familia se muda a Caracas, ciudad
en la que vivió Don Cecilio hasta último momento.(EN/contr/ARTE, Efemérides 1-2-2012, Venezuela)
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