Beas
(Jaén), fines de mayo, 1575
Jhs.
La
gracia del Espíritu Santo sea siempre con vuestra paternidad, amén.
De las muchas personas que aman en el
Señor a vuestra paternidad por haber escrito tan santa y provechosa doctrina y
dan gracias a Su Majestad, y por haberle dado a vuestra paternidad para tan
grande y universal bien de las almas, soy yo una.
Y
entiendo de mí que por ningún trabajo hubiera dejado de ver a quien tanto me
consuela oir sus palabras, ni se sufriera conforme a mi estado y ser mujer.
Porque sin esta causa, la he tenido de buscar personas semejantes para asegurar
los temores en que mi alma ha vivido algunos años. Y ya que esto no he
merecido, heme consolado de que el señor don Teutonio[1]
me ha mandado escribir ésta, a lo que yo no tuviera atrevimiento. Mas fiada en
la obediencia espero que nuestro Señor me ha de aprovechar para que vuestra
paternidad se acuerde alguna vez de encomendarme a nuestro Señor, que tengo
dello gran necesidad por andar con poco caudal puesta en los ojos del mundo,
sin tener ninguno para hacer verdad algo de lo que imaginan de mí. Entender
vuestra paternidad esto basta a hacerme
esta merced y limosna, pues tan bien entiende lo que hay en él y el gran
trabajo que es para quien ha vivido una vida harto ruín. Con serlo tanto, me he
atrevido muchas veces a pedir a nuestro Señor la vida de vuestra paternidad sea
muy larga. Plega a Su Majestad me haga esta merced y vaya vuestra paternidad
creciendo en santidad y amor suyo, amen.
Indigna
sierva y súbdita de vuestra paternidad
Teresa de Jesús, carmelita
El señor don Teutonio creo es de los
engañados en lo que me toca. Díceme quiere mucho a vuestra paternidad. En pago
de esto está vuestra paternidad obligado visitar a su señoría, no se crea tan
sin causa[2].
Fray Luis de
Granada, Obras Completas, t. XXI, F.U.E. Madrid 1998,
p. 298
No hay comentarios:
Publicar un comentario