EL LIBRO Y LA IMPRENTA EN LA CULTURA COLOMBIANA
Algunos de los asientos de los registros de embarques muestran las predilecciones literarias de los lectores americanos. Al azar tomamos de un pagaré de Pedro García y Pedro de Trujillo (México, 1576) : "Quatro Sumas de fray Luis", "Dos Marco Aurelio", "Seis Aventuras" (de Gerónimo de Contreras), "Dos proverbios del Marqués", "Dos Jubenal y Persio" "Una Agricultura", "Quatro Terencios", "Tres Valerio Máximo", "Un Plinio", "Dos Tragedias de Séneca", "Dos Lucano", "Una Lógica de Gaytano", "Dos Epístolas de Ovidio", "Seis Coloquios Matrimoniales", "Un Marcial", "Dos Secretos de Cirugía"; de la escritura de Francisco de
La
producción literaria de la metrópoli sí llegó a tierras de Indias a pesar de
ciertas prohibiciones legales que, como muchas otras, fueron acatadas pero no
cumplidas. El libro vence esos obstáculos y libre o clandestinamente penetra en
el Nuevo Reino. Famosas son en la
Santafé colonial las bibliotecas del Colegio del Rosario y la
de los Jesuítas de San Bartolomé que después de la expulsión de la Compañía , vendría a
constituir, como en otras ciudades americanas, la Biblioteca Pública ,
fundada en 1774. No son raras las bibliotecas de algunos particulares, entre
las que se distinguen por su variedad y riqueza la del Arzobispo-Virrey don
Antonio Caballero y Góngora y la del Precursor don Antonio Nariño en la que
además de la cultura clásica y de buen número de autores europeos del Siglo de
Oro, figuran las más atrevidas publicaciones filosóficas y políticas del siglo
XVIII en las que el insigne bogotano bebería sus ideas revolucionarias. El
sabio don José Celestino Mutis, fundador de la Real Expedición
Botánica del Nuevo Reino de Granada reúne una espléndida colección de obras
científicas que merecieron elogiosos comentarios del Barón de Humboldt.
Es evidente que el contrabando participó también en esta empresa de cultura, y los libros llegaron en toneles de vino, en cajas de conservas, en todas aquellas pintorescas formas de que se valió la clandestinidad para burlar las prohibiciones.
Es evidente que el contrabando participó también en esta empresa de cultura, y los libros llegaron en toneles de vino, en cajas de conservas, en todas aquellas pintorescas formas de que se valió la clandestinidad para burlar las prohibiciones.
BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO
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