Pues
¿qué diré de las habilidades que para esto tiene la zorra? Aquí viene a propósito
lo que dice Esaías: ¡Ay de ti, que robas a otros! ¿Por ventura, tú también no
serás robado? El cangrejo hurta la carne de la ostra, y la raposa hurta la dese
cangrejo, y no con menor artificio. Testigo desto es un monte que hay en
Vizcaya, que entra un pedazo en la mar, en el cual hay muchas raposas. Y la
causa desto es la comodidad que ellas tienen allí para pescar. Mas ¿de qué
manera pescan? Imitan a los pescadores de caña, y no les falta ingenio ni
industria para ello. Porque meten casi todo el cuerpo en la lengua del agua, y
extienden la cola, que les sirve allí de caña y sedal para pescar. Y como los
cangrejos que andan por allí nadando no entienden la celada, pícanla en ella:
entonces ella sacúdela a gran priesa, y da con el cangrejo en tierra, y allí
salta, y lo despedaza y come. Pues ¿quién pudiera describir esta nueva invención
y arte de pescar?.
Fray Luis de Granada Maravilla del mundo; selección y prólogo de Pedro Salinas, ed. Comares, Granada 1988, p. 79-80
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