Mira
también el deseo que los apóstoles tenían de la venida del Espíritu Sancto, y
las oraciones y clamores con que pedían y suspiraban por ella, y por aquí verás
cuánto debes tú desear esta venida, pues en ella esperas recebir el mismo
Espíritu, aunque sea por otra diferente manera.
Mira otrosí el deseo con que una mujer
casada y cargada de hijos y necesidades desea la venida del marido que está en
las Indias, con la cual espera recebir todo consuelo, amparo, compañía, honra y
remedio de todos sus males. Pues ¿cómo no desearás tú con más ardientes deseos
la venida de aquel esposo dulcísimo de las ánimas que viene de las Indias
celestiales lleno de todos los bienes, para darte mucho más que todo el mundo
te pueda dar?
Estas y otras consideraciones sirven
para despertar en el ánima la devoción actual que para este divino sacramento
dijimos que se requería.
Fray
Luis de Granada, Obras Completas, t. IV,
F.U.E. Madrid 1994, p. 173
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