martes, 1 de marzo de 2016

San Álvaro de Córdoba

        Córdoba, la antigua y esplendorosa ciudad del Califato Omeya; Córdoba, alma del tiempo, espada del olvido (CASTILLEJO GORRAIZ, MIGUEL, Córdoba y Fray Luis de Granada, Congreso Internacional, Granada 1993, p. 30) en los emocionados versos de Don Luis de Góngora y Argote (Ibid. 32; ORTEGA, A., Paseos por Sierra Morena, Córdoba, Caja Sur 1998, p. 6).

        Una vez que Fray Luis renuncia a su propósito de embarcarse en Sevilla para hacer la ruta de las Indias, deja Sevilla, acompañado de Juan de Ávila, a quien allí ha conocido y viajan ambos a Córdoba donde lo espera el monasterio de Scala Coeli.

      Serán ambos: las estrechas relaciones con San Juan de Ávila y su estancia en el monasterio fundado por San Álvaro, los acontecimientos sobre los que pivotarán la vida del Padre Granada en Córdoba.

       Los superiores de Fray Luis lo envían a la ciudad de la Mezquita con la intención expresa de reedificar el Convento de Santo Domingo de Scala Coeli; en la tarea de restaurar el abandonado convento ya lo vemos trabajando en 1535. Hacía cuatro años que Scala Coeli se encontraba abandonado. El hecho de que San Álvaro escogiera la serranía cordobesa para fundar su monasterio no fue por puro azar, sino para huir de las convulsiones de la capital cordobesa en el momento de ser tomada por los reyes castellanos, y, evidentemente, ser remanso de paz, marco natural incomparable, salpicado de ermitas y cenobios de gran antigüedad y tradición.

Mª Luisa Horcajadas Rivero, Córdoba en la vida y obra de Fray Luis; en VARIOS, Fray Luis de Granada, un escritor contemporáneo, Ediciones del Orto, Madrid 2009, p.47

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