viernes, 30 de noviembre de 2018

Una Biblioteca

        La edición de las Obras Completas de fray Luis de Granada ha supuesto una larga tarea, de la que son testimonio visible los 51 volúmenes que hoy presentamos. A quien ha bregado en la gestación y parto de la edición no se le achacará de demasía si, haciendo un alto en el camino, atisba la empresa con una tímida y lionjera mirada retrospectiva:
        1ª. A la edición en sí, que es la primera que abarca todo o casi todo el legado literario de fray Luis de Granada. Anteriormente se habían sacado a luz miles de ediciones de libros concretos y algunas ediciones de conjunto, que nunca fueron criticas ni tampoco completas.
        2ª. Por su número de volúmenes, todos de tomo y lomo, la edición que he curado se asemeja a una biblioteca, pequeña y singular, y también admirable. ¿Qué escritor español ha legado a la cultura una heredad tan copiosa?
        3ª. Pero no sólo se trata de una riqueza cuantitativa, sino sobre todo sustantiva, por su belleza lingüística, por su variedad temática, por su jugo humano y teológico. ¿Quién como fray Luis, preguntaba Azorín, ha hecho una lectura del libro del mundo visible, o una cala tan honda en los recovecos íntimos de la antropología, o una explicación tan untuosa de los misterios cristianos?



Fot.: Internet, lbhoy 24-III-17

Álvaro Huerga, Madrid 31 de diciembre de 2007, Presentación de la obra. (In Memoriam) 
 
FRAY LUIS DE GRANADA, Obras Completas t. LII, F.U.E., Madrid 2008 p. 11-12

martes, 27 de noviembre de 2018

Álvaro Huerga 'Fray Luis de Granada'

FRAY LUIS DE GRANADA

Una vida al servicio de la Iglesia

Por Álvaro Huerga, B.A.C., Madrid 1988


        La historia de la vida y de los libros de fray Luis de Granada es también, en cierto sentido,  la historia del siglo XVI: la recorre casi de punta a cabo (1504-1588), la vive desviviéndose, trabajando, dialogando, predicando, sufriéndola y sirviéndola. Servir: ése parece el destino histórico de fray Luis. Servir sin egoísmo a todos los que buscan la verdad (Cf. Eclo 24-47). Servir a la Iglesia. Y servirla en la vanguardia.
        En su camino se le cruzaron papas y reyes, cardenales, santos, arrieros. No se puede hilvanar su 'biografía' prescindiendo de esos cruces.
        Unas veces son gozosos; otras, dolorosos.
 

ÁLVARO HUERGA TERUELO, Fray Luis de Granada, B.A.C., Madrid 1988 p. XIV. In Memoriam

lunes, 26 de noviembre de 2018

Rudyard Kipling 'Capitanes intrépidos'


         Te has olvidado de los anillos de amura, pero con el tiempo aprenderás. Existe una razón para cada verga que se encuentra en el barco. Si no fuera así, la tiraríamos por la borda. Comprendes lo que te digo? Estoy tratando de meterte dinero en la cabeza, polizón, para que cuando esté llena, puedas navegar de Boston a Cuba y decir que te lo ha enseñado Jack el Largo. Ahora, recorreremos todo el barco. Yo diré el nombre de cada cosa y tú pondrás la mano sobre ella.

        Jack el Largo empezó, Harvey, que se sentía bastante cansado, dirigíase lentamente a cada cosa que se le nombraba. Un golpe con la cuerda, que le dió en las costillas, casi le deja sin aliento.

        -Cuando seas dueño de un barco -dijo Tomás Platt severamente- podrás pasear. Mientras tanto, corre en cuanto oigas una orden. Hazlo otra vez, para que estés seguro.

        Harvey estaba excitado con el ejercicio y la última parte le cansó realmente. Era, sin embargo, un muchacho de gran despejo natural, hijo de un hombre de excepcionales dotes intelectuales y de una mujer de gran sensibilidad. Poseía un temperamento resuelto, que la condescendencia sistemática había convertido casi en la obstinación de una mula. Observó a los otros hombres y se fijó que nadie ni siquiera Dan se reía. Evidentemente, aunque le hería en lo hondo, era el método corriente a bordo. Tragó aquella advertencia con una boqueada y una mueca. La misma inteligencia que desplegaba para  aprovecharse de su madre le hizo ver que a bordo nadie, excepto quizá Penn, permitiría la menor estupidez o abuso. Muchas cosas se comprenden por el simple tono. Jack el Largo, nombró una media docena de cosas, mientras Harvey bailaba sobre el puente como una anguila a la que la marea ha dejado en seco, sin apartar la mirada de Tomás Platt.

        -Muy bien. Muy bien hecho -dijo Manuel-. Después de comer te mostraré un velero, que he hecho yo, con todo el velamen completo. Así aprenderás.

        -Es un pasajero de primera clase -dijo Dan-. Mi padre acaba de conceder que pronto valdrás en sal lo que pesas, si no te ahogas antes. Eso es mucho para que lo diga mi padre. Cuando nos toque la próxima guardia, te enseñaré más cosas.  

RUDYARD KIPLING, Capitanes intrépidos, Colcc. Austral ed. Espasa Calpe, Madrid 1981 p. 65-66
       
                                                     
                                                        **********************
 
        Muchas cosas hermanos, merecen que nos detengamos a glosar este relato histórico. Porque es ya una maravilla que estos dos pescadores al oír la invitación de Jesús, sin preguntar nada ni dudar un instante, le siguiesen. ¿Quién de vosotros no reaccionaría haciéndose y haciéndole un montón de preguntas?: ¿adónde vamos? ¿quién nos sugiere que le sigamos? ¿No es, el que nos invita, un hombre pobre y desvalido? ¿Nos dará lo necesario para pasar la vida? ¿Qué esperanza, pues, nos alienta? ¿Qué cosa más demente y necia que dejar lo cierto por lo incierto? ¿Qué da a entender, y qué significa aquella nueva y desusada promesa?: Faciam vos fieri piscatores hominum; haré que vosotros seais pescadores de hombres?.
 
FRAY LUIS DE GRANADA, Obras Completas t. XXXIX, F.U.E. Madrid 2003 p.19

Traducción: Pedro Duarte, Ricardo Alarcón Buendía y Juan Manuel Conesa Navarro; Edición y notas de Álvaro Huerga (In memoriam)

domingo, 25 de noviembre de 2018

La ciencia de los santos

        Con razón llaman los maestros de la vida espiritual a esta filosofía ciencia de los santos. Y ésta es la que logró con altísima perfección san Francisco de Asís, que consagró su vida, y el instituto que fundó, a estas dos tareas. Porque, ¿no procuró dedicar todo lo que pudo de su vida a la oración y a la contemplación de las cosas divinas? ¿Qué quehacer más prioritario en su instituto que el menosprecio de los bienes terrenos y la profesión de la pobreza evangélica para desligarse de los impedimentos de ese cuidado y ejercicio? Siendo, pues, la meta de la vida religiosa el desapego a las cosas terrenas y la dedicación a las espirituales, es lógico que nos detengamos a exponer cómo la pobreza nos ayuda a conseguir este objetivo.
        No debemos, por tanto, olvidar, que al inicio del sermón pusimos por lema, acomodado a san Francisco de Asís, el texto de los proverbios de Salomón: soy el más necio de los hombres (Pr 30, 2). Pues ahora para tejer el elogio de la pobreza, me aplico a mí esas palabras, y me confieso el más necio de todos, porque oso intentar moveros al amor de esa santa pobreza.
 
FRAY LUIS DE GRANADA, Obras Completas t. XLIV, F.U.E. Madrid 2004 p. 25

Traducción, edición y notas por Álvaro Huerga (In Memoriam)

martes, 20 de noviembre de 2018

¿Qué quieres que te haga?

        Por tanto, habiéndose parado el ciego ante el Señor, le preguntó el Señor: ¿Qué quieres que te haga? (Lc 18, 41) ¿Porqué, Señor, le preguntas eso? ¿Es que no sabes lo que quiere? ¿No lo gritan sus ruegos? ¿No lo suplican sus ojos o su propio silencio? Pues, ¿qué espera obtener este ciego de la fuente de la luz, sino la luz?
        Sin embargo, la pregunta tiene su razón de ser, pues quiso enseñarnos que, con la confianza con la que los hijos se refugian en sus padres cuando se desata la tormenta, y les confían abiertamente su miedo, con mucha más debemos nosotros refugiarnos en su corazón paterno, y exponerle nuestra situación, como dice Isaías: Revela al Señor tu camino, y espera en Él, que Él actuará (Sal 36, 5).
 
        FRAY LUIS DE GRANADA, Obras Completas t. I, F.U.E. Madrid 2000 p.97