viernes, 3 de marzo de 2017

Perdona nuestras deudas

        La práctica del perdón no sólo salva las familias de la división, sino que las hace capaces de ayudar a la sociedad a ser menos malvada y menos cruel. Sí, cada gesto de perdón repara la casa de las grietas y refuerza sus muros. De verdad las familias cristianas pueden hacer mucho por la sociedad de hoy, y también por la Iglesia. Por eso deseo que en el Jubileo de la Misericordia las familias redescubran el tesoro del perdón recíproco. Recemos para que las familias sean siempre más capaces de vivir y de construir caminos concretos de reconciliación, donde ninguno se sienta abandonado al peso de sus ofensas.
      Y termina diciendo: Padre nuestro, perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden. Gracias.

Catequesis del Papa Francisco, La familia y el perdón, Boletín MFC nº 112, Diciembre de 2015, año XXXV, p. 8

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        Pues todo este bien dijo Zacarías en su cántico que nos vino por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, por la cual nos vino a visitar dende lo alto (Lc 1, 78). Y ésta es la que señaladamente respladece en la sagrada pasión, en la cual nuestro clementísimo Redemptor, cómo él dice, pagó lo que no había robado, porque los robadores, que somos nosotros, quedásemos libres y descargados ( Sal 68, 5).

Fray Luis de Granada, Obras Completas t. XIII, F.U.E. Madrid 1997, p. 307

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