martes, 18 de julio de 2017

El azucena

       Porque ¿qué otro artífice fuera bastante para criar tanta variedad de cosas tan hermosas? Poned los ojos en el azucena, y mirad cuanta sea la blancura de esta flor, y de la manera que el pie de ella sube a lo alto acompañado con sus hojicas pequeñas, y después viene a hacer en lo alto una forma de copa, y dentro tiene unos  granos como de oro, de tal manera cercados que de nadie puedan recibir daño. Si alguno cogiere esta flor, y le quitare las hojas, ¡qué mano de oficial podrá hacer otra que iguale con ella, pues el mismo Criador las alabó, cuando dijo que ni Salomón en toda su gloria se vistió tan ricamente como una de estas flores? (Mt 6, 29).



Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. IX, F.U.E. Madrid 1996, p. 110

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