lunes, 17 de junio de 2019

Conocimiento que viene de la caridad

        Una vez, que a nuestro padre santísimo Domingo, porque hablaba muy bien de las cosas divinas, se le preguntó que dónde había aprendido aquella notable doctrina, contestó que en el libro de la caridad. Ella es, en efecto, la más excelente maestra de la doctrina espiritual.
        Este conocimiento que viene de la caridad es tan excelente que ningún otro saber, dice san Juan, si carece de ella, merece el nombre de conocimiento: Quien no ama, no conoce a Dios (Jn I 4, 8). ¿Por qué otra razón, hermanos, pensáis que confesamos en el Credo que por boca de los profetas habló el Espíritu Santo? Pues aunque las obras de la santísima Trinidad son indivisibles, hablar y enseñar parecía más propio del Hijo, que es la palabra y la sabiduría del Padre, que del Espíritu Santo, pues al verbo corresponde hablar y a la sabiduría enseñar. Y así es, en verdad. Pero hay una razón por la que se atribuyen al Espíritu Santo las palabras de los profetas, y es que Él es amor; y este amor es agudísimo para entender las cosas divinas y elocuentísimo para explicarlas. Si pudo san Bernardo decir con verdad que la devoción es la lengua del alma, ¿por qué no decir mejor que la lengua del alma es el amor divino?
 
FRAY LUIS DE GRANADA, Obras Completas t. XL, F.U.E. Madrid 2003 p. 54-5
Traducción del latín por Ricardo Alarcón Buendía y Álvaro Huerga Teruelo

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