jueves, 10 de julio de 2014

En la fiesta de Santiago apóstol

TEMA: Mi cáliz sí que lo beberéis 

      Hoy, hermanos, celebramos la fiesta de Santiago apóstol, y pienso que con mayor alegría que la fiesta de los otros apóstoles, puesto que nos gloriamos con razón de un tan grande patrono de nuestra España. Éste, pues, entre todos los de aquel sagrado grupo de apóstoles, que merecieron acompañar al Señor y Salvador, cuando vivía en este mundo, quiso, ante todo, venir a España, y con la dispensación divina sembrar aquí la semilla de la fe. Y no sólo en vida sino también en su muerte se dignó elegir su morada entre nosotros. Este divino apóstol fue ciertamente muy amigo nuestro, pues él ni vivo ni muerto quiso dejarnos; y reconociendo a Judea como su patria, con su sepulcro y su doctrina quiso honrar y defender a España. No cabe duda de que es muy poderoso reinando en el cielo, el que ante el Hijo Unigénito de Dios mereció hallar una gracia tan grande. Porque quiso el Señor que éste con su hermano Juan y Pedro, príncipe de los apóstoles, fuese testigo de su gloriosa transfiguración[1]. También que estos mismos solos entraran con él para resucitar a la hija del jefe de la sinagoga[2]. Y no sólo los tomó como compañeros en las prosperidades, sino también en las adversidades, cuando antes del combate de su pasión comenzó a entristecerse y angustiarse[3]. Y no carece de una gloria singular, que éste fuese el primero entre los apóstoles en recibir la corona del martirio; el primero que se ofreció al Señor como holocausto vivo; el primero que derramó su gloriosa sangre por él; el primero que con su muerte correspondió a la que el Salvador se dignó a padecer por todos, y le volvió vida por vida y sangre por sangre. Así pues, este tan grande apóstol es ahora nuestro Patrono.


Llegada de Santiago a España por el Puerto de Cartagena, según la tradición (CT. Ayuntamiento)


El Apóstol en la dársena del Puerto (CT. Ayuntamiento)

Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XLII, F.U.E. Madrid 2004, p. 88-89-90-91

Traducción de Donato González-Reviriego


                           
                                   Iglesia de Santiago en Santa Lucía, Cartagena





[1] Cf. Lc 9, 28; Mt 17, 1
[2] Cf. Mc 5, 37
[3] Mt 26, 37

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