jueves, 18 de febrero de 2016

Edith Stein

        En 1928 el P. Przywara aconsejó a Edith Stein celebrar la Semana Santa en la abadía benedictina de Beuron. Edith accedió a esta propuesta y comenzó para ella una nueva etapa en su vida. En Beuron conoció al joven y activo abad P. Raphael Walzer. Edith Stein le planteó abiertamente sus preguntas. El P. Walzer estaba sorprendido por su piedad franca y sin problemas. Escribe: Cuando Edith Stein vino por vez primera a Beuron, no era ya en realidad una aprendiza. Traía consigo tantas cosas valiosas, que en la atmósfera monástica de este recodo del Danubio descubrió bien pronto su verdadero hogar; pero no experimentó transformación alguna, ni necesitó aprender nada esencialmente nuevo. Era como una especie de cosecha de lo que ya otro había sembrado y ella misma había trabajado en tierra buena (Archivo E. S. Carmelo de Colonia). Edith Stein encontró en Beuron un lugar donde poder calmar su sed de oración.

Waltraud Herbstrith, El verdadero rostro de Edith Stein, ed. Encuentro, Madrid 1990 p. 104

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        Una de las mayores glorias y testimonios que tiene la religión cristiana es haber sido fundada y testificada con la sangre de tantos mártires; y no hay que dudar sino que todos ellos cobraron grande esfuerzo con el ejemplo y virtud de la santa Cruz.

Fray Luis de Granada, Obras Completas t. XI, F.U.E., Madrid 1996 p. 151

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