jueves, 25 de febrero de 2016

Mª Francisca Inglés Maestre, 'Niña topolino'

        ¿Y qué fue de la cigüeña a todo esto? ¿No me trajo el dulce niño en el pico? ¡Oh cigüeña de mi niñez! ¿Llegaste a mi ventana ayer? Deja que abra el cristal y te reciba, te abrace, te bese, te mime. Deja que te ofrezca un suculento gusano, gordo, verdoso, o una mosca de alas transparentes o un sapo que cacé en Torre Eloísa hace algún tiempo. Traeré entre mis brazos un balde con agua para refrescar tus patas cansadas y te dejaré dormir si tú quieres con el pico escondido bajo las plumas. Ya sabes campanario no tengo, no.
        ¿Volverás pronto a visitarme? Sí, me dices. Con otros niños, con miles de niños que nos alegren la vida o nos maten a disgustos. Que irán a la escuela con su baby de rayitas y la cartera balanceándose y los zapatos llenos de polvo. Y los lápices de colores revueltos, y su miedo o su amor a las monjas y su beso mojado, su flequillo o sus rizos, la goma de borrar palotes, sus empeños, su rabieta, su secreto, su recreo, su aro, o su pelota. Su misa de rodillas, su mareo...y más tarde, ya se sabe, serán hombres y mujeres, serán qué sé yo.
        Por ahora es un bebé que se pasa el día durmiendo tan profundamente que hay que mirarlo de vez en cuando para ver si se ha muerto. ¿Respira, devuelve la gota de leche? ¿Se atraganta, se pone moradito? La madre se asusta, teme quedarse sin hijo...¿Y qué será de ella si se lo llevan en una caja blanca los caballos? Morirá también.
       Anda muy atareada la joven mamá. Cambia pañales sucios por limpios, da el pecho cada tres horas o antes, si el niño llora. Lo baña por las mañanas cuidadosamente: Primero la cabeza que cae sin fuerza, las manitas que hay que abrir, la barriguita tensa, y el ombligo en el centro, elevado y peligroso. La espalda hasta el final redondo que apetece besar y apretujar. Envuelto en la toalla, el hijo ha dejado de llorar. ¡Si parece que sonríe! Ven, ven a verlo ¿Me ayudas a vestirlo? Primero la camisita de hilo fino, mejor si ha sido usado, la faja de crochet da vueltas y se anuda el jersey, el faldón, el pañal abultado, las botitas y a mamar.
        

Mª Francisca Inglés Maestre, Niña topolino, ed. por la autora en Artes Gráficas Isaac Peral, Cartagena 1988, p. 160-161

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        Crió también el cielo soberano, que es el asiento de su majestad, y a todos los espíritus celestiales, ángeles, arcángeles, querubines, serafines, tronos, dominaciones, principados y potestades, con toda la virtud y poder que tienen. Crió también la tierra, quiero decir, este mundo tan hermoso, y los hombres, y todos los animales brutos, aves y peces, todos los montes y valles, todos los árboles y plantas, todos los prados y tierras para labrar, todos los ríos y abismos y todo cuanto en estas cosas cría. En fin, crió todas las cosas visibles e invisibles, la luz y las tinieblas, la noche y el día, ni hay cosa en la naturaleza que por Él no fuese criada. Y lo que mucho habemos de atender, todas las cosas crió muy buenas, como se escribe en el Génesis (Gen 1, 31).

Fray Luis de Granada, Obras Completas, F.U.E. Madrid 1998 p. 63
Transcripción del portugués por José Luis de Almeida Monteiro; Traducción al español de Justo Cuervo

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