domingo, 19 de febrero de 2017

San Antón

           La celebración del Patrono de los animales en El Jimenado era así:
         Era fiesta. Había misa con bendición de animales. Aurelio, un vecino, era el encargao de esa fiesta porque compró una imagen del santo y él mismo vendía los rollicos en la puerta de la iglesia. Los comían los animales y las personas. No se salía de merienda al campo. Eso era el Domingo que resucita el Señor , comerse la "mona".
          Recogemos la opinión de María Meroño:
        Hacíamos rollos, comprábamos rollos. Aquí eso sí lo seguimos, los rollos si los hacemos, que nos damos unas hinchetas a hacer rollos que pa qué.
         Se bendicen y se les da de comer a los animales. Los más pequeños como un gato, un perro, un chotico, un corderico se introducen dentro del templo. Los grandes los dejaban fuera y luego el sacerdote salía y los bendecía. Nos dice que desde un tiempo a esta parte organizan un bingo a beneficio de San Antón, donde cada vecino regala un conejo o un pollo para ser "jugado".

José Sánchez Conesa (El tío del Saco), Ritos, Leyendas y Tradiciones del Campo de Cartagena, ed. Corbalán, Cartagena 2010 p. 131-134

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        Comenzando a tratar de las propiedades comunes de los animales, la primera cosa que nos conviene advertir en esta materia es la perfección y hermosura de la divina Providencia, la cual, ya que por su divina bondad se determinó de criarlos para el servicio del hombre, por el mismo caso también se determinó de proveerlos de todo aquello que fuese necesario para conservarse en ese ser que les dió.

Fray Luis de Granada, Canto a la Naturaleza, Selección de Urbano Alonso del Campo, Universidad de Granada, Granada 1991, p. 62

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