martes, 2 de julio de 2013

Levántate, aquilón, sopla, austro

         En otra alegoría –la del huerto- el Esposo se refiere, según los intérpretes, a la Iglesia: Levántate, aquilón, sopla, austro, dice, ven a mi huerto y se esparcirán sus perfumes[1]. Significa que ahuyentará de los corazones de las personas piadosas el viento aquilón, que trae el frío, la flojera y la parálisis, y hará correr el austro, que sopla del mediodía y trae el calor del amor divino, y la lluvia mansa y fértil de la devoción para que se expanda el perfume de las virtudes. La devoción es la nodriza de los santos deseos.


Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XXXIII, F.U.E. Madrid 2002, p.286-7

Traducción, edición y notas de Álvaro Huerga Teruelo




[1] Ct 4, 16

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