lunes, 9 de mayo de 2016

El Padre os dará otro consolador

        Dice por ello el Salvador: Yo rogaré al Padre, y os dará otro consolador, para que esté con vosotros eternamente; a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce (Jn 14, 16-17). Como no lo conoce, no lo recibe. ¿Cómo es esto? Porque no podemos ensalzar lo que no conocemos, y lo que no ensalzamos no lo deseamos, y lo que no deseamos no lo buscamos con interés, y no se halla lo que no se busca. De modo que para hallar al Espíritu Santo es preciso que antes lo conozcamos. ¿De qué modo? Como le conocieron los discípulos, a quienes dice luego el Señor: pero vosotros le conoceréis, porque morará con vosotros, y estará dentro de vosotros (Jn 14, 17). Le conoceréis bien por su permanencia y su obra divina en vosotros.
        No hay en esta vida un conocimiento más seguro, más útil y eficaz que éste. Igual que nadie conoce mejor la dulzura de la miel o el calor del fuego, que quien sabe de su intensidad por experiencia propia y no por oídas, así nadie entiende mejor la virtud y eficacia del Espíritu Santo, que el que la ha experimentado con frecuencia dentro de sí. Y este conocimiento prepara maravillosamente el camino para recibirlo. Porque no es bastante haber oído, leído o especulado sobre él, si no le conoces por tenerlo dentro.

Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XXXIV, F.U.E. Madrid 2002, p. 268-269

Transcripción y traducción de Ricardo Alarcón Buendía

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