domingo, 4 de junio de 2017

El Espíritu Santo descendió sobre los discípulos


TEMA:


De repente sobrevino del cielo un ruido, como de viento impetuoso que soplaba (Hch 2, 2)

        Aunque la fiesta sacratísima de hoy, queridos hermanos, parezca corresponder sólo a los discípulos del Señor, que recibieron en este día las primicias del Espíritu, no se nos excluye a nosotros en modo alguno de participar en ella, pues el Espíritu Santo, que hoy descendió sobre ellos, lo hizo de forma que mientras dure el mundo estará también con nosotros. Lo confesamos diariamente en el símbolo de la fe, al decir que creemos en la santa Iglesia y en la comunión de los santos.
        Confesamos que en el mundo hay un congreso de hombres piadosos y santos, entre los que el Espíritu Santo eligió su domicilio y aposento, para que siendo él su guía y fortaleza, apartadas y despreciadas todas las cosas terrenas como vanas y perecederas, tengan puestos y fijos todo su amor, su fe y su felicidad sólo en Dios, por cuya gloria y obediencia estén siempre dispuestos no sólo a rechazar estas cosas terrenas sino a dar incluso la sangre y la vida.


Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XXXIV, F.U.E. Madrid 2002, p. 168-169


Transcripción y traducción de Ricardo Alarcón Buendía

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