sábado, 4 de junio de 2016

Sermones de tiempo 139: Corpus Christi

        Mas de esta misma incomparable dulzura y vehementísima suavidad nace cierta avidez por comer ese pan. ¿Cómo es posible que el alma pura y piadosa, desposada con Cristo en espirituales nupcias, no esté ansiosa por tomar lo que a ella tanto motivo de felicidad, de amor, y de gozo purísimo le proporciona? Un hambre que en las almas purificadas es tan grande, que un solo día que no puedan tomar la comunión les parece que son muchos.

Luis de Granada, Obras Completas, Sermones del Corpus, t. XXXV , F. U. E., Madrid 2002 p. 250-251

Transcripción y traducción de Ricardo Alarcón Buendia

No hay comentarios:

Publicar un comentario