sábado, 26 de octubre de 2013

Los libros de fray Luis de Granada en Colombia



EL LIBRO Y LA IMPRENTA EN LA CULTURA COLOMBIANA

         Algunos de los asientos de los registros de embarques muestran las predilecciones literarias de los lectores americanos. Al azar tomamos de un pagaré de Pedro García y Pedro de Trujillo (México, 1576) : "Quatro Sumas de fray Luis", "Dos Marco Aurelio", "Seis Aventuras" (de Gerónimo de Contreras), "Dos proverbios del Marqués", "Dos Jubenal y Persio" "Una Agricultura", "Quatro Terencios", "Tres Valerio Máximo", "Un Plinio", "Dos Tragedias de Séneca", "Dos Lucano", "Una Lógica de Gaytano", "Dos Epístolas de Ovidio", "Seis Coloquios Matrimoniales", "Un Marcial", "Dos Secretos de Cirugía"; de la escritura de Francisco de la Hoz a Juan del Río (Lima, 1584) : "25 Examen de Ingenios" (Juan Huarte), "12 Propaladia y Lazarillo en pergamino", "6 obras de Fray Luis de Granada", "6 Orlando enamorado", "12 primera y segunda Araucana", "50 Epístolas de Tulio" (Cicerón), "12 Virgilios", "4 Historia de África" (Pedro de Salazar), "6 Comedias de Lope de Rueda", "4 Ulises de Homero en ochavo de pliego en tablas de papel y cueros de color", "4 diferencias de libros de Alexo Banegas", "6 Garcilaso de los chiquiticos cin comento en pergamino"; y así pudiéramos continuar copiando estos sugerentes títulos tan elocuentes en su anacrónico laconismo.
          La producción literaria de la metrópoli sí llegó a tierras de Indias a pesar de ciertas prohibiciones legales que, como muchas otras, fueron acatadas pero no cumplidas. El libro vence esos obstáculos y libre o clandestinamente penetra en el Nuevo Reino. Famosas son en la Santafé colonial las bibliotecas del Colegio del Rosario y la de los Jesuítas de San Bartolomé que después de la expulsión de la Compañía, vendría a constituir, como en otras ciudades americanas, la Biblioteca Pública, fundada en 1774. No son raras las bibliotecas de algunos particulares, entre las que se distinguen por su variedad y riqueza la del Arzobispo-Virrey don Antonio Caballero y Góngora y la del Precursor don Antonio Nariño en la que además de la cultura clásica y de buen número de autores europeos del Siglo de Oro, figuran las más atrevidas publicaciones filosóficas y políticas del siglo XVIII en las que el insigne bogotano bebería sus ideas revolucionarias. El sabio don José Celestino Mutis, fundador de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada reúne una espléndida colección de obras científicas que merecieron elogiosos comentarios del Barón de Humboldt.

             Es evidente que el contrabando participó también en esta empresa de cultura, y los libros llegaron en toneles de vino, en cajas de conservas, en todas aquellas pintorescas formas de que se valió la clandestinidad para burlar las prohibiciones.
        
BIBLIOTECA LUIS ÁNGEL ARANGO

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