viernes, 13 de septiembre de 2013

La Exaltación de la Cruz del Salvador


También es muy notorio el milagro que acaesció en la exaltación de esa misma Cruz, cuando la llevaba sobre sus hombros el emperador Heraclio, vestido con ropas imperiales, porque, llegando a la puerta por donde el Salvador pasó con esa misma Cruz, no pudo pasar adelante hasta que se desnudó las ropas imperiales, y se vistió de un humilde hábito[1].


Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. X, F.U.E. Madrid 1996, p.  257


[1] Cf. NICÉFORO, Eclesiástica historia. PG 145

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