martes, 14 de enero de 2014

La Creación el gran libro de Dios

          En un libro de divulgación teológica, de título espantalectores, fray Luis de Granada (1504-1588), andaluz, granadino, sacerdote dominico, célebre y muy celebrado predicador de las cortes de España y Portugal, trata de la Tierra, el Cielo, los astros, el día, el mar, las islas, los animales grandes y chicos, los cuerpos humanos, las flores, etcétera, y se diría que de toda la Creación, leída como el gran libro de Dios:
          Somos como los niños que cuando les ponen un libro delante con algunas letras iluminadas y doradas, huélganse de estar mirándolas y jugando con ellas, y no leen lo que dicen ni tienen en cuenta lo que significan. Así nosotros, muy más aniñados que los niños, habiéndonos puesto vos delante este tan maravilloso libro de todo el Universo para que por las criaturas dél, como por unas letras vivas, leyésemos y conociésemos la excelencia del creador que tales cosas hizo, y el amor que nos tiene quien para nosotros las hizo.
          Para ser leal lector y traductor del libro del Universo, fray Luis despliega una prosa melódica, amplia y miniaturista, tan didáctica en la descripción como musical en la sintaxis. Prosa oratoria pero esbelta y grácil que puede minuciosamente ver y describir como joyas al mosquito y a la granada (que está en su nombre eclesiástico) y mostrarnos el juego de los aires y los vientos sobre el gran texto móvil del oleaje oceánico.
          Entre las muchas páginas vivas del fray Luis granadino, la dedicada a la isla de Elba me fascina por su sintaxis serena, por sus metáforas (la isla como un pezón de tierra, el oleaje como caballo desbocado) y por su ritmo impetuoso en el finale. Y qué precisión de mirada y cuánta gracia hay en esta prosa que parece escrita hoy mismo y es precursora de ese género moderno: el poema en prosa (De la Introducción al símbolo de la fe, 1583).

José de la Colina, REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DE MÉXICO | 105

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