sábado, 8 de marzo de 2014

San Juan de Dios

       Dos hombres aventajados de la Iglesia que, convivieron la primera mitad del XVI, cuyos calificativos aclaran su “currículum”. A ambos los unió Granada, a la que amaron apasionadamente, acabando por honrarla, fray Luis pregonándola para siempre con la adopción de su mismo nombre, Juan de Dios realizando en ella su obra de misericordia. Granada tenía otros títulos que la inmortalizaran, pero estos dos seguidores de Cristo la universalizaron dentro del Catolicismo.
       Los enlazó la solicitud pastoral del admirado apóstol de Andalucía, maestro en el profundo discernimiento de espíritus, Juan de Ávila, al que tanto debieron los dos.
          Los hermanó Portugal, donde nace Juan de Dios. El insigne dominico pasa a Portugal en la que entre glorias y cruces vivirá sus tres últimas décadas.
Pero sobre todo los une la causa del Evangelio, que traspasa fronteras. Tienen un solo ideal, Jesucristo, a quien siguen fielmente, con la palabra escrita fray Luis, con las obras de misericordia Juan de Dios.
           En 1585 aparecía la vida de Juan de Dios, escrita por Francisco Castro, de ella dice fray Luis, en la Vida de Juan de Ávila:

Al fin de todos estos llamamientos pondré el de Juan de Dios, del cual había mucho que decir si no estuviera escritpta su vida, y muy bien escripta[1].

Tomado de: Matías de Mina, San Juan de Dios y Fray Luis de Granada, en Actas del Congreso Internacional en Granada Sep. 1988, ed. Universidad de Granada, 1993 p. 91-3





[1] FRAY LUIS DE GRANADA, Obras Completas, t. XVI, F.U.E. Madrid 1997 p. 104

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