miércoles, 25 de junio de 2014

Virginia Rosique en el Arqueológico


La fotógrafa Virginia Rosique dedica un homenaje a la mujer en el mundo del flamenco con obras en las que rinde tributo a artistas de la talla de Concha ‘La Peñaranda’, Mercedes ‘La Serreta’; La Trini, La Niña de los Peines o Carmen Amaya, entre otras, en la exposición ‘Sentir flamenco’ abierta en el Museo Arqueológico de Cartagena, con la intención de transmitir el ‘importante papel que ha jugado la mujer en este arte y su lucha por conseguir la igualdad’.

                       
Las Exposiciones del Museo

      En este museo, que dirige María Comas, las fotografías de Virginia Rosique, tomadas principalmente en la Región de Murcia, captan el escenario flamenco en vivo y en directo, con ese alrededor apasionado que despierta el cante jondo; la melancolía de los ‘tientos’, la ‘jondura’ de un martinete o el júbilo de unas bulerías se perciben en estas imágenes que protagonizan cantaores, tocaores y bailarines, un espectáculo en el que mujeres y hombres actúan a compás. Es el reportaje fotográfico de una artista que, con su cámara, aprehende instantes que suenan a música, a sentimientos, en un folklore de raíz ibérica que en el ámbito murciano, con Cartagena y las Minas, son vividos dentro y fuera de los ‘tablaos’.
     
Virginia Rosique presenta su Exposición en el Museo Arqueológico

Esta exposición, ‘Sentir flamenco’, de la fotógrafa Virginia Rosique en el Museo Arqueológico de Cartagena, abierta tras un recital de la cantaora malagueña Antonia Contreras acompañada por Chaparro, se exhibirá hasta el 16 de junio de 2014. (Tomado de: Infoenpunto, 21-III-2014)

           
El arte de Antonia Contreras

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Hermosura

Cuanto más, Señor, que vuestra gracia ayudará a nuestra flaqueza, y si os comenzáremos a amar un poco, darnos heis por este amor pequeño otro más grande, con mayor conocimiento de vuestra gloria, así como nos lo tenéis prometido por vuestro evangelista, diciendo: Si alguno me amare, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré, y me descubriré a él[1], que es darle un más perfecto conocimiento, para que así crezca más en ese amor.
           Ayúdanos, también para esto la santa fe católica, y las Escrituras sagradas, en las cuales tuvisteis, Señor, por bien daros a conocer, y revelarnos las maravillas de vuestra grandeza, porque este tan alto conocimiento causase en nuestra voluntad amor y reverencia de vuestro santo nombre. Ayúdanos también la universidad de las criaturas, las cuales nos dan voces que os amemos, y nos enseñan por qué os habemos de amar. Ca en la perfección de ellas resplandece vuestra hermosura, y en el uso y servicio de ellas el amor que nos tenéis. Y así por todas partes nos incitan a que os amemos, así por lo que vos sois en vos, como por lo que sois para nosotros.


            ¿Qué es, Señor, todo este mundo visible, sino un espejo que pusisteis delante de nuestros ojos para que en él contemplásenos vuestra hermosura?...¿Qué serán luego todas las criaturas de este mundo tan hermosas y tan acabadas, sino unas como letras quebradas e iluminadas, que declaran bien el primor y la sabiduría de su autor?¿Qué serán todas estas criaturas sino predicadoras de su hacedor, testigos de su nobleza, espejos de su hermosura…?


Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XI, F.U.E. Madrid 1996, p. 43


[1] Jn 14, 21

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