martes, 26 de abril de 2016

Del pavón

        Pues ¿qué diré de la hermosura del cuello que sube del pecho hasta la cabeza, y de aquel color verde que sobrepuja la fineza de toda la verdura del mundo? Y lo que pone más admiración es que todas aquellas plumillas que visten este cuello, son tan parejas y tan iguales entre sí, que ni una sola se desordena en ser mayor o menor que otra. De donde resulta parecer más aquella verdura una pieza de seda verde, como dijimos, que cosa compuesta de todas esas plumillas. No faltaba aquí sino una corona real para la cabeza de esta ave: mas en lugar de ella tiene aquellas tres plumillas que hacen como una diadema, y son el remate de la hermosura de esta ave. Y como tengan estas tres plumicas tanta gracia, y no sirvan más que para su hermosura, vese claro que de propósito se puso el Criador a pintar esta ave tan hermosa.


Pavo real en el Castillo

Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. IX,  F.U.E. Madrid 1996 p. 214


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