jueves, 21 de abril de 2016

San Pablo

        Pero de esta ampliación tenemos en el mismo santo padre otro ejemplo muy oportuno, en el cual califica por uno de los más estupendos milagros la conversión de todo el mundo, acabada por la predicación y sudores de san Pablo, amplificando el negocio por todas sus circunstancias, y haciéndolo sumamente admirable. Dice, pues, así: ¿Cómo pudo Pablo con aquella arte tan mecánica inspirar tanta virtud cuanta el mismo suceso testifica? Pues un hombre plebeyo, humilde y, al parecer de los gentiles, un charlatán, que se ocupaba en curtir pieles, se aprovechó tanto en la virtud que en el espacio apenas de treinta años, sojuzgó al imperio de la verdad a los romanos, persas, partos, medios, indios, escitas, etíopes, sauromatas, sarracenos, y a todo el linaje humano (S. JUAN CRISÓSTOMO, Adv. judaeos, oratio 5: PG 48, 885)

Fray Luis de Granada, Obras Completas t. XXII, F.U.E., Madrid 1999 p. 280-281; Traducción auspiciada por José Climent

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