sábado, 16 de abril de 2016

Fiesta de todos los santos

TEMA: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos (Mt 5,3)

        Lo que suelen hacer los médicos cuando alguno está inapetente, eso mismo hace la Iglesia en la solemnidad de todos los santos. Los médicos ofrecen al inapetente varias clases de manjares, esperando dar con alguno que despierte el apetito del enfermo.  La Iglesia prepara hoy un variadísimo banquete, abastado de todo género de apetitosos manjares, preparados por el Espíritu divino, para los que sufren inapetencia espiritual, a ver si encuentran alguno que no le dé repugnancia y lo comen. Nos brinda hoy espléndidos manjares -ejemplos- de santos patriarcas, profetas, apóstoles, mártires, confesores y vírgenes, adornados con varias especias de virtudes, con las que ellos arribaron al puerto de la bienaventuranza...
        ¿Qué significa lo que el santo evangelista cuenta: Y abriendo su boca, les enseñaba diciendo: bienaventurados los pobres, etc.? ¿Por qué dice: ¿Abriendo su boca? ¿Es que hay alguno que hable sin abrir la boca? ¿O es que el cronista de la historia divina quiso explicarse con palabras innecesarias? De ningún modo. Con esas palabras pretendió decirnos que una cosa parecía el que hablaba y otra el que era: parecía un hombre, hablaba Dios en su humanidad. El hombre abría la boca, Dios hablaba por ella; el hombre formaba las palabras, la sapiencia increada del Padre la llenaba de contenido divino.

Fray Luis de Granada, Obras Completas t. XLIV, F.U.E., Madrid 2004 p.  221-223; Traducción de Álvaro Huerga Teruelo

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