domingo, 17 de febrero de 2013

Traducciones: 2. Escala Espiritual


                                    RECAPITULACIÓN BREVE

                                       DE TODO LO SOBREDICHO

         En la cual se trata de cómo la fe, esperanza y caridad es principio de las tres partes de la renunciación que al principio de este libro se trató. Trátase también aquí de la causalidad y dependencia que tienen unas virtudes de otras y unos vicios de otros. Item, decláranse muchas cosas espirituales por comparación y semejanza de  cosas naturales. Y al cabo pónese una escalera de todos los grados de las virtudes, comenzando del conocimiento de Dios, hasta el postrero, que es el cumplimiento de la caridad y de la bienaventurada tranquilidad.
         La fe viva y firme es madre de la renunciación; porque, representándonos la excelencia y hermosura de los bienes advenideros, nos hace despreciar los presentes; así como, por el contrario, la infidelidad es causa de abrazarlos y estimarlos en mucho. También la esperanza firme y estable es puerta para despedir las aficiones y pasiones de nuestro corazón: y por el contrario la desconfianza de Dios y de su providencia es causa de la desordenada afición que los hombres tienen a las cosas terrenas. La caridad también es raíz y causa del menosprecio de todas las cosas transitorias y de caminar a Dios, porque el que fervorosamente le ama, todas las cosas desprecia y siempre supira por Él; mas por el contrario, el amor desordenado de sí mismo hace al hombre amar el camino por la patria, el destierro por el reino y el criador por la criatura.
         La reprehensión de sí mismo y el verdadero y entrañable deseo de la salud espiritual es causa de la obediencia y sujeción al padre espiritual. La meditación de la muerte y la memoria continua de la hiel y vinagre de Cristo es la madre de la abstinencia. La quietud de la soledad es ayudadora de la castidad, y el ayuno es quebrantamiento y amortiguamiento de los incentivos de la carne. La contrición del ánima es enemiga y contraria a los pensamientos deshonestos. La fe y la virtud de la peregrinación es muerte de la avaricia.
         La misericordia y la caridad entregan el cuerpo a la muerte, si es menester, cuando lo piden estas virtudes.


Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XVIII, F.U.E. Madrid 1998, p. 515-6 

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