sábado, 27 de abril de 2013

San Isidoro: la oración es atenta devoción


Mas para que la oración, hermanos, tenga todas las ventajas o utilidades que he desgranado, se requiere que está acompañada de ciertas condiciones, sin las cuales no será fructuosa. La primera en la atención; sin ella apenas merece el nombre de oración. Porque, como dice san Isidoro, ¿Qué aprovecha el ruido de los labios, si está mudo el corazón?. El sonido sin modulación se parece al gruñido de los cerdos; la oración es atenta devoción, es como el bramido de los toros. Esto es lo que dice Isidoro[1].


Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XXXIII, F.U.E. Madrid 2002, p. 153



[1] S. ISIDORO, Sententiarum, III, 7: PL 83, 672

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