martes, 25 de febrero de 2014

Produzca la tierra yerba verde


Después de la tierra síguese que tratemos más en particular de la fertilidad y frutos de ella. Y esto es ya comenzar a tratar de las cosas que tienen vida, porque las que hasta aquí habemos referido, que son cielos, estrellas, elementos, con todos los otros mixtos imperfectos, no la tienen.
          Y porque las cosas que tienen vida son más perfectas que las que carecen de ella, resplandece más en éstas la sabiduría y providencia del Creador, y cuanto fuere más perfecta la vida, tanto más claro testimonio nos da del artífice que la hizo, como en el proceso se verá. Porque no es Dios, como suelen decir allegador de la ceniza y derramador de la harina, mas antes cuanto son las cosas más perfectas, tanto mayor cuidado y providencia tiene de ellas y tanto más descubre en ellas la grandeza de su sabiduría…
            Toda esta variedad de especies innumerables no le costó más que solas estas palabras (Gén. 1, 24): Produzca la tierra yerba verde, que tenga dentro de sí su semilla y árboles frutales según sus especies. Oído, pues, este mandamiento, luego parió la tierra, y se vistió de verdura, y recibió virtud de fructificar, y se atavió y hermoseó con diversas flores.

Fray Luis de Granada, Canto a la Naturaleza; Introducción y selección de textos de Urbano Alonso del Campo O.P., ed. Universidad de Granada 1991, p. 45

No hay comentarios:

Publicar un comentario