jueves, 20 de febrero de 2014

Sic eum volo...quid a te?

          Luego con razón el Señor libra a Pedro de este cuidado, diciéndole: Así quiero que quede hasta que yo venga, ¿qué te va a tí? (Jn 21, 24).
          En estas palabras se nos indica lo que después aclaró el suceso, y fue que el apóstol Juan, después de los combates gloriosos de los otros apóstoles, había de quedar en esta vida, y no había de acabar, ni con el suplicio de la cruz, ni con otro género de martirio. Porque era razón que en los principios de la Iglesia que acababa de nacer, quedara en ella alguna lámpara muy resplandeciente, a cuya luz acudieran todos en los casos dudosos, hasta que, establecida firmemente la Iglesia, ella por sí misma mantuviera su firmeza.

Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XXXIX, F. U. E. Madrid 2003, p. 286-289

Traducción Pedro Duarte, Ricardo Alarcón Buendía y Juan Manuel Conesa Navarro

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