miércoles, 9 de abril de 2014

Consolatrix aflictorum: Oración a nuestra Señora

         Tú eres luz de las tinieblas, tú eres espejo de los sanctos, tú eres esperanza de los pecadores. Todas las generaciones te bendicen, todos los tristes te llaman, todos los buenos te contemplan, todas las criaturas se alegran en ti: los ángeles en el cielo con tu presencia, las ánimas del purgatorio con tu consuelo, los hombres de la tierra con tu esperanza. Todos te llaman, y a todos respondes, y por todos ruegas. Pues ¿qué haré yo pecador tan indigno, para alcanzar tu gracia, que mi pecado me turba, y mi desmerecer me aflige, y mi malicia me enmudece? Ruégote, Virgen preciosísima, por aquel tan grave y mortal dolor que sentiste cuando viste tu amado hijo caminar con la cruz a cuestas al lugar de la muerte, quieras mortificar todas mis pasiones y tentaciones, porque no se pierda por mi maldad lo que él redimió por su sangre. Aquellas piadosas lágrimas que derramaste, siguiéndolo hasta la cruz, pon siempre en mi pensamiento...


Virgen de la Caridad, consoladora de los afligidos. Foto J. A. Gutiérrez

Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. V , F.U.E. Madrid 1995, p. 120


No hay comentarios:

Publicar un comentario