domingo, 12 de mayo de 2013

De San Juan de Ávila a fray Luis de Granada

     Granada, fines febrero-principios marzo 1538

   Carissime:
   Dos cartas de vuestra reverencia he recebido, en las cuales me hace saber del nuevo llamamiento con que nuestro Señor lo ha llamado para engendrarle hijos a gloria suya: sit Ipse benedictus in saecula[1], que no se desprecia de tomar por instrumento de tan gloriosa cosa a una cosa tan baja, y hablar, siendo Dios, por una lengua de carne, y levantar al hombre a que sea órgano de la divina voz y oráculo del Espíritu Santo, Cristo-hombre fue el primero en quien este espíritu lleno y vivificativo de los oyentes se aposentó, engendrando por la palabra hijos de Dios y muriendo por ellos, por lo cual mereció ser llamado Pater futuri saeculi[2]. Y porque de Él y de sus bienes hay comunicación con nosotros, así como nos hizo hijos siendo Él Hijo, y sacerdotes siendo Él Sacerdote, hízonos Él, siendo gracioso, graciosos; Él amado y bendito, semejables a El; y siendo heredero del reino del Padre, sómoslo nosotros también en Él y por Él, si estamos en gracia[3], y así, porque no quedase en el tesoro de su riqueza cosa de la cual no nos diese parte, teniendo Él espíritu para ganar los perdidos, compasión para ganar las ánimas enajenadas de su Criador, palabra viva y eficaz para dar vida a los que la oyeren, consoladora para los contritos de corazón, linguam eruditam ut sciam sustentare eum qui lassus est verbo[4], quiso poner de este espíritu y de esta lengua a algunos, para que, a gloria suya, puedan gozar de título de padres del espiritual ser, como Él es llamado, según que San Pablo osadamente afirma: Per Evangelium ego vos genui[5]. Quiere el amado San Juan que veamos qualem charitatem dedit nobis Pater, ut Filii Dei nominemur, et simus[6]. Razón es que con ella agradezcamos y seamos padres de los hijos de Dios, y por la una y la otra sea conocido Dios en ser largo y bueno sobre los hijos de los hombres.


Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XIX, F.U.E. Madrid 1998, p. 285-6




[1] Sobre la data: cf. ALVARO HUERGA, Fray Luis de Granada, Madrid, BAC 1988, pp. 53-8
[2] Is 9, 6
[3] Cf. Rm 8, 14-7
[4] Is 50, 4
[5] Co I 4, 15
[6] Jn I 3, 1

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