jueves, 23 de mayo de 2013

Traducciones: Imitación de Cristo


       Hermano mío, vela con diligencia en el servicio de Dios, y piensa muy contino a qué veniste y por qué dejaste el mundo ¿Por ventura no despreciaste el mundo para vivir a Dios y ser hombre espiritual? Corre pues con fervor a la perfección, que presto recibirás el galardón de tus trabajos, y no habrá de ahí delante temor ni dolor en tus términos. Agora trabajarás un poco, y hallarás después gran descanso y aun perpetua alegría. Si permaneces fiel y diligente en el servir, sin dubda será Dios fidelísimo y riquísimo en pagar. Debes tener buena esperanza que alcanzarás victoria; mas no conviene tener seguridad, porque no te aflojes ni te ensoberbezcas.
         Como uno estuviese congojado y turbado, y entre la esperanza y el temor dubdase muchas veces, una vez cargado de angustia arrójase ante un altar, y resolviendo en su pensamiento dijo: ¡Oh si supiese que había de perseverar! Y luego oyó dentro la divina respuesta, que dijo. ¿Qué harías si eso supieses? Haz agora lo que entonces harías, y serás bien seguro. Y en ese punto consolado y confortado se ofreció a la divina voluntad y cesó la congojosa turbación, y no quiso más escudriñar curiosamente para saber lo que le había de suceder: mas estudió con mucho cuidado inquirir qué fuese la voluntad de Dios agradable y perfecta, para comenzar y perfeccionar toda buena obra. El Profeta dice: Espera en el Señor, y haz bondad, y mora en la tierra, y serás apacentado en sus riquezas[1]. Una cosa detiene a muchos del fervor de su aprovechamiento: el espanto de la dificultad, o el trabajo de la batalla.



Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XVIII, F.U.E. Madrid 1998, p. 63



[1] Sal 36, 3

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