lunes, 17 de diciembre de 2012

Sermones de Adviento VIII: Levantad vuestras cabezas

         Por estas palabras vemos que antes de la ruina del mundo se verán sacudidas primero cada una de sus partes, como si de alguna forma presintieran que su propia muerte y ruina estará cerca. Se turbará el cielo, el sol se oscurecerá, se cubrirá de rojo la luna, se verán caer del cielo las estrellas, el aire brillará con destellos de fuego, las nubes tronarán, bramará el mar, la tierra temblará y las fieras en sus guaridas emitirán sonidos horrendos; también a los hombres les llegará el horror y la consternación ante aquella alteración de todo: exhalando los hombres sus almas por el terror y el ansia de lo que viene sobre la tierra, pues los poderes celestes se conmoverán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con poder y majestad grandes[1].
         Para que los justos no se aterraran por el esplendor y majestad del juicio que ha de venir, el Salvador les tranquiliza con el ejemplo de los árboles que germinan: Cuando estas cosas comenzaren a suceder, cobrad ánimo y levantad vuestras cabezas, porque se acerca vuestra redención. Y les dijo una parábola: ved la higuera[2].


Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XXIV, F.U.E. Madrid 1999, p. 210-11
(Transcripción y traducción de Ricardo Alarcón Buendía)




[1] Lc 21, 26-7
[2] Lc 21, 28-9

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