jueves, 6 de diciembre de 2012

Sermones de tiempo: Adviento V


Sucederá entonces  que la sangre de Cristo que, como dice el Apóstol, clamaba mejor que la sengre de Abel[1], pues ésta pedía justicia, aquella misericordia, ahora por el contrario, pasado ya el tiempo de la misericordia, pide para los reos no misericordia, sino justicia y venganza. En este tiempo se cumplirá aquella súplica del Señor: No cubras, ¡oh tierra¡, mi sangre, y no haya lugar para mi clamor[2], pues la sangre de Cristo no yacerá en la tierra, sino que a grandes voces pedirá la justicia de Dios contra aquellos que ahora con sus pecados han mancillado esa misma sangre del testamento.
         Esto mismo parece insinuar de este día el profeta Amós cuando dice: ¡Ay de aquellos que desean el día de Yavé! ¿De qué os servirá el día de Yavé? Será día de tinieblas, no de luz. Es como quien huyendo del león diera con el oso; como quien al entrar en casa y poner su mano en la pared, fuera mordido por la serpiente[3]. Con esta figura de dicción quiso significar que los malos hallarían la peste y la ruina donde esperaban encontrar la salvación.


Fray Luis de Granada Obras Completas, t. XXIV, F.U.E. Madrid 1999, p. 233 
(Traducción de Ricardo Alarcón Buendía)



[1] Hb 12, 24
[2] Jb 16, 19
[3] Am 5,, 18-9

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