jueves, 3 de enero de 2013

Difusión europea del escritor


         La prosa de Fray Luis de Granada tiene una dimensión oratoria de estirpe ciceroniana moderada, llena de ritmo y color, abundante en las descripciones de un sorprendente realismo y un delicado sentido poético, sin que por ello prescinda del rigor conceptual aristotélico propio de la orden. Su lengua es sencilla pero no vulgar, romance siempre que no se trate de obras referidas estrictamente a religiosos. 

         Tradicionalmente Fray Luis ha sido considerado un asceta...Pero el sentimiento de la naturaleza, el descubrimiento de la presencia de Dios y del orden divino en el movimiento de la naturaleza hacen de Fray Luis de Granada un hombre dotado de una  innegable dimensión mística en un sentido más amplio del término. Fray Luis es un místico de la luz, un hombre confiado en la bondad divina y en las posibilidades humanas de alcanzarla.

         La obra de Fray Luis de Granada gozó de una gran acogida en su tiempo. A las innumerables ediciones en español y portugués, hay que sumar las traducciones que, durante los siglos XVI y XVII, extendieron sus escritos por toda Europa. Así, por ejemplo, a lo largo de estos dos siglos, la Guía de pecadores fue traducida al italiano, al latín, al polaco, al griego y al francés; el Libro de la oración y meditación se tradujo al latín y al italiano; El Memorial de la vida cristiana se tradujo al alemán, al italiano y al francés; la Introducción del Símbolo de la Fe fue vertida al italiano, latín e incluso al japonés. Su presencia en Inglaterra también es notable. Posteriormente, el siglo XVIII valoró la limpieza y precisión de su prosa frente a los excesos barrocos. Ésta es la consideración que más extendidamente ha perdurado, la del prosista de altura, en detrimento, tal vez, de la dimensión espiritual de su escritura.


J. V. Z.,  Fray Luis de Granada, Academia de Buenas Letras de Granada, Internet

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