martes, 1 de enero de 2013

Sermones de tiempo: Epifanía


Y es esto tan verdad que el mismo Cristo, imagen de la bondad divina, entre otros nombres que le honran es llamado Sol de Justicia, lo que declara muy bien el misterio de este día.  En efecto, el sol, tan pronto como nace en Oriente, extiende sus rayos a los confines últimos de la tierra, lo mismo ha sucedido hoy, cuando el Sol de Justicia, Cristo, al tiempo de nacer iluminó las regiones del mundo con la luz de su gracia. No quiso, como señala el Papa León, que las primicias de su nacimiento quedaran ocultas en la estancia materna, quiso que todos conocieran enseguida a quien por todos se había dignado nacer.
         Valiéndose de la estrella brillante y de la propia luz interior de los Magos, se dignó el Señor atraerlos desde oriente, por gracia sólo de su bondad, sin que lo esperaran ni lo imaginaran. Dichosos ellos que recibieron las primicias del espíritu por beneficio especial de Dios. Dichosos porque entre todas las gentes fueron los primeros en ver la luz del mundo guiados por la luz. Felices porque antes que los apóstoles gracias a su estrella, unida a la misión apostólica, recibieron la del evangelio.




Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XXV, F.U.E. Madrid 2000, p. 282-3
(Transcripción y traducción de Ricardo Alarcón Buendía)

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