domingo, 20 de enero de 2013

Misericordia espiritual


        De las otras obras de misericordia espirituales dice el Apóstol: Los que estamos más firmes debemos sufrir los defectos de los mas flacos y no estar contentos y satisfechos de nosotros mismos, antes cada uno trabaje de agradar a su  prójimo en el bien para edificarlo y aprovecharle a imitación de Cristo, que no tuvo cuenta con su contentamiento, sino con nuestro remedio[1]. Y escribiendo a los de Éfeso, dice así: Sed unos con otros benignos y misericordiosos, perdonándóos unos a otros, así como Dios os perdonó por Cristo[2]. Y en otro lugar: Sed imitadores de Dios como hijos muy amados, y vivid en amor así como Cristo nos amó[3]. Y después de esto: Como escogidos y amados de Dios vestíos de entrañas de misericordia, de benignidad, de humildad, de modestia, de paciencia, sufriéndóos unos a otros y perdonándóos, si alguien tiene de vosotros alguna queja: así como el Señor os perdonó, así vosotros también perdonad[4]. Y escribiendo a los de Tesalónica, dice así: Castigad a los inquietos, consolad a los pusilánimes, recibid a los flacos y sed sufridos para con todos[5]. Éstas y otras maneras de obras de misericordia nos encomienda san Pablo, el cual se hizo todo para todos por hacer salvos a todos y, resplandeciendo en todo género de obras de misericordia, nos dejó un clarísimo ejemplo de esta virtud. Y quienquiera que quisiere saber cuál sea el fin y suma de todas las obras de misericordia, sepa que no es otro que aquél que en muy pocas palabras comprende el mismo Apóstol diciendo: Llevad los unos las cargas de los otros, y así cumpliréis la ley de Cristo[6]: la cual dice el mismo Apóstol que consiste en la caridad[7]. Finalmente, a cada uno de nosotros está mandado que tenga cargo de su prójimo, el cual mandamiento interpretó el Salvador diciendo: Todas las cosas que queréis que hagan los hombres con vosotros, hacedlas vosotros con ellos: porque ésta es la ley y los profetas[8].


Fray Luis de Granada, Obras Completas, t. XXI, F.U.E. Madrid, 1999, p. 78-81 (Transcripción del portugués de José Luis de Almeida Monteiro; Traducción al español de Justo Cuervo)




[1] Rm 15, 1-2
[2] Ef 4, 2
[3] Ef 5, 1-2
[4] Co 3, 12-13
[5] Ts I, 5, 14
[6] Ga 6, 3
[7] Tm I, 1, 14
[8] Mt 7, 12

No hay comentarios:

Publicar un comentario